En cosmética existen modas, como en las pasarelas, de forma que los ingredientes van y vienen desde hace años. Seguir la estela de la investigación en términos de belleza puede ser agotador si no eres un dermatólogo. Porque siempre hay algo nuevo, algo mejor o más rápido a la vuelta de la esquina.
Por eso, a veces, resulta refrescante volver la vista a esos productos de confianza. Esos que cuando tienes un brote de acné/sequedad/sensibilidad/(inserte-aquí-su-preocupación-cutánea) te ayudan a sentirte mejor. Como un buen amigo tras una jornada desastrosa que te calma y consuela, así son esos productos.
Quien dice productos, dice activos: ingredientes de cabecera cuyos resultados son incontestables y que todo dermatólogo recomienda.
Como decimos, en el mundo de la cosmética existe tanta innovación y diferentes puntos de vista que resulta difícil poner de acuerdo a los especialistas.
Pero existen dos nombres que sólo pronunciarlos ponen de acuerdo a dermatólogo y consumidor. Son dos básicos e incuestionables ingredientes que quizá ya no suenen tan frescos o nuevos, pero cuya eficacia les ha granjeado un favor más o menos universal (tampoco queremos exagerar). ¿Adivinas cuáles?
Se trata del ácido hialurónico y el retinoico, también conocido como retinol, retinoides o vitamina A. Quizá estés comprobando ya en la lista de ingredientes de tus productos de confianza si aparecen y, probablemente, la respuesta sea afirmativa. Pero, te preguntarás qué les haces tan especiales para que funcionen en tantos tipos de piel diferentes.
Ácido Hialurónico
Por una parte, el ácido hialurónico está presente de forma natural en nuestro cuerpo. Desde articulaciones, nervios o cabello; hasta piel u ojos. Su habilidad más destacada: la capacidad de retener el agua de forma extraordinaria.
Por eso resulta interesante. Ya que la deshidratación de la piel se produce de forma natural, según envejecemos, al disminuir la capacidad para producir este componente.
Tópicamente, su textura ligera resulta ideal en pieles grasas para evitar su deshidratación, mientras que en las más secas permite optimizar la hidratante.
Si es tu primera vez, presta atención al peso molecular de este activo. Porque en la mayoría de las ocasiones es tan alto que no consigue traspasar las capas de la piel en profundidad. En cualquier caso, hidrata y suaviza de forma excelente.
Ácido retinoico
Por otra parte, el ácido retinoico es un ingrediente tremendamente eficiente a la hora de transformar la apariencia de la piel, especialmente los signos del envejecimiento.
Numerosas investigaciones conducidas a lo largo de 40 años han avalado sus efectos sobre las líneas de expresión, falta de firmeza y una textura poco uniforme o irregular.
Aunque sus efectos no se quedan ahí, ya que el mejorar la renovación celular permite que se estimule la producción de colágeno, lo que afecta a un abanico de preocupaciones (arrugas, acné, manchas, descolgamiento, etc.)
Si eres profana, no olvides empezar poco a poco con la aplicación, ya que la probable irritación que causa (dependiendo de su concentración y tipo) suele desalentar a los que lo prueban y por la mañana, no olvides tu SPF.
Berta Almagro - @bertalmagro
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