La Navidad multiplica las oportunidades en las que uno se puede ver tentado de sacar sus dotes más artísticas y ponerse manos a la obra en la creación de un
maquillaje más sofisticado.
El nivel de elaboración será directamente proporcional a la necesidad posterior de mantenerlo impoluto tantas horas como dure el evento en cuestión.
Porque no se trata únicamente de producir sino también de mantener, te desvelamos cinco trucos, fáciles de seguir, para que tu maquillaje festivo sea, de verdad, infalible:
1. Comienza con un paso extra: la PREbase
Empecemos por el principio. Un buen maquillaje empieza por una buena base. En este caso no hablamos de la calidad de la piel o
el fondo que uses (aunque también son factores que influyen en el resultado) sino de crear una superficie homogénea sobre la que comenzar a trabajar gracias al uso de una prebase.
Existen muchos tipos diferentes, dependiendo de tu tipo de piel puede interesarte una que regule la grasa u otra que contenga siliconas y alise la superficie cutánea.
Lo importante es no saturar la piel con producto y dejar que se asiente completamente para asegurar que alarga la vida del maquillaje que depositemos a continuación.
2. Graba en tu mente el axioma de aplicación de texturas
Los productos faciales en crema suelen ser altamente pigmentados pero de baja durabilidad por el hecho de contener aceites que la piel absorbe a lo largo de las horas.
Por su parte, los productos en polvo suelen mantenerse sin problemas al ser secos, pero a ciertos tipos de pieles les resultarán incómodos precisamente por eso.
¿Cómo aunar los puntos positivos de cada uno? Aplicando la regla crema-polvo. Es decir, todo producto en crema o con componente graso debe seguirse de otro en polvo que lo selle. De esa forma la base de maquillaje dura más horas, el colorete adquiere más dimensión y la sombra mayor intensidad.
3. Besa sin miedo... utilizando un pañuelo de papel
Para que el labial soporte todas situaciones de roce puedes usar una técnica un poco más laboriosa de lo habitual. Pero que aporta muy buenos resultados.
Se trata de perfilar y rellenar con el lápiz de forma uniforme; para después aplicar el labial con un pincel. Así la capa de producto es más fina.
A continuación, se retira el exceso de producto con un pañuelo de papel suavemente, presionándolo con la boca, como si se diera un beso.
Para finalizar, se aplican ligeramente polvos traslúcidos sobre el labial. Así se consigue sellarlo (en la línea del consejo anterior) antes de repetir una capa más con el pincel.
4. Pulveriza para finalizar
Agua termal, sprays fijadores o vitaminados. Elige el producto que más se adapte a tus gustos y rocía la obra de arte terminada con él.
El agua termal (Avène o Evian) puede gustar más a aquellas personas que sufran de sequedad o falta de luminosidad.
Los sprays fijadores (Urban Decay o Mac) consiguen que el maquillaje dure y se mantenga mate durante la noche. Y resultan perfectos para pieles mixtas o grasas.
Lo crucial es dejarlo secar al aire y no excederse con la cantidad.
5. Bonus track: no manosees el resultado
Este último consejo parece una obviedad... Pero no lo es.
En tus manos hay grasa, polvo, suciedad y todo aquello con lo que entren en contacto a lo largo del día. Es por eso que, llevarlo todo a la cara, no resulta alentador. Pero además, la grasa de las manos se lleva el maquillaje que tanto te ha costado crear.
El calor corporal que desprenden los dedos, el roce y la grasa se llevan los productos. Todo ello hace que el maquillaje desaparezca más rápido.
Así que recuerda: siempre que tengas tentación, mantén tus manos entretenidas... Con una copa de vino o un plato de jamón para que la cara se lleve todos los flashes ;)
Berta Almagro - @bertalmagro
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