Hollywood -y el mito dorado de la ciudad de las estrellas- fue el motivo de inspiración detrás de la colección crucero presentada por Chanel en Los Ángeles, ciudad de infinitas referencias y la inexistencia de términos medios.
Desde la patinadora de Malibú hasta la princesa del plástico que se pasea por Rodeo Drive. El brillo de L.A. salpica a todas las tribus que conviven en ella y precisamente esto es lo que recoge Chanel en su última colección. Una oda al sueño americano, a los neones, las competiciones deportivas a lo grande, a la Barbie y demás muñecas vivientes, al sol y la diversión...
El maquillaje que apoyaba esta colección colorida, repleta de trajes de baño, lúrex, lentejuelas y colores pastel, condensaba el espíritu de nuestra L.A. girl favorita: Paris Hilton. La empresaria ha navegado por las aguas de la actualidad sin moverse mucho de un look que es la quintaesencia de su ciudad natal, favorece a todas y funciona con versatilidad tanto para ir a trabajar como para cenar en Nobu.
Así, a las puertas del verano, Chanel y la heredera del imperio Hilton nos enseñan cómo nos maquillaremos estos meses venideros:
La imagen más directa de Barbie, y por extensión de las glamazonas de Los Ángeles, es la de una melena XXL con volumen vertiginoso. El mejor accesorio para estar a la altura de unos nostálgicos estilismos con sabor a 1980 se trabaja con rulos, laca y algo de cardado, en el cabello liso, o mediante ondas sueltas para darle movimiento y soltura a las ondas o rizos naturales. Piensa en el atractivo de las supermodelos de la época, como Cindy Crawford o Claudia Shiffer, canaliza sus peinados y tendrás perfectamente claro el concepto.
¿Qué tienen en común Mischa Barton, Margot Robbie o Paris Hilton? Además de asistir a este desfile y ser epítome del espíritu L.A. girl, todas comparten piel bronceada. No hay gente pálida en Los Ángeles y tampoco en la pasarela de Chanel. Para lograr un look tostado sin haber sido apenas tocada por el sol la firma francesa contó con la Crème belle mine ensoleillée de la línea Les Beiges, que aporta un efecto buen aspecto general.
Su paleta de tonos no resulta nada anaranjada y el acabado, aterciopelado, gracias a su delicada textura en gel, se trabaja fácilmente con un brocha kabuki en rostro y cuerpo.
Los ojos son territorio ahumado, como bien sabe la mayor de las Hilton. En este caso, se eligió una gama de terracotas de Les quatre ombres, concretamente la armonía, Candeur et experiènce, como base del maquillaje. Después se aplicó el delineador, Stilo yeux waterproof, en un color café oscuro, Espresso, y se difuminó ascendentemente para dar profundidad a la mirada.
Las pestañas se reforzaron con un toque de máscara negra, Noir allure, dándoles curvatura y definición. Por último, la ceja se dejó muy natural, tan solo unos trazos de Stilo sourcils waterproof, en caso de necesitar algo más de densidad y, en todos los casos, fijación mediante Le gel sourcils, peinando el pelo hacia arriba.
En Los Ángeles siempre hay plan. Ya sea una clase de pilates, unos tacos en Gracias madre o unas compras rápidas en Erewhon. Ahora bien, pese a la ajetreada agenda, el aspecto siempre se espera descansado y luminoso, como recién salida de un retiro. Chanel logró esto en la pasarela de los Paramount Studios con un toque de Le correcteur, hidratante, duradero y muy cómodo de llevar.
Los maquilladores de la marca finalizaron con los Poudre universelle libre, que eliminan brillos y fijan sin acartonar el producto aplicado anteriormente, gracias a su textura ultrafina que no aplaca la luminosidad. Esta se ensalzó con unos toques de colorete en polvo, en los matices dorados y melocotón, Brume d’or y Malice.
Los labios se dejaron muy neutros, apenas maquillados con una barra de acabado jugoso, para ceder el protagonismo a piel y ojos. En función del tono de cada modelo, en el desfile se eligió una intensidad u otra, pero en el caso de referencia de Paris Hilton, la opción adecuada sería el Rouge allure, Illusion, un labial con subtono rosa amelocotonado que no entristece la expresión, como aquellos beige de los 2000 que solían acompañar a los looks ahumados.
El aceite de almendras de su fórmula permite suavizar la superficie y dar ese aspecto ligeramente mojado tan atractivo.
¿Qué os parece el resultado? ¡A nosotros lo más para dar la bienvenida a la temporada estival!
Berta Almagro: @balmagro
Imágenes: Cortesía de Chanel