En la nueva normalidad confinada en la que vivimos, el conocido lema de “peli y manta” ha mutado. La apariencia de disponer de más tiempo y el hecho de no tener (o poder) salir, nos invitan a dedicarnos más o mejor tiempo a nosotras mismas...
Si aún no haces reuniones de Zoom o alineas tus chakras con una puesta, bucea en tu armario del baño, elige tu mascarilla facial preferida y disfruta en el sofá mientras embelleces tu cara. Créenos, tras siete semanas de encierro y mal tiempo, hemos repetido esta operación numerosas veces con satisfactorios resultados... Tantas veces que tenemos claras nuestras favoritas. ¡Descúbrelas aquí!
Mascarilla Multi-regenerante, de Clarins
La premisa de esta mascarilla es cuanto menos, curiosa, ya que promete realizar una acción “descontracturante” sobre el rostro para conseguir relajar los rasgos. Algo así como ir a un fisioterapeuta, pero para la piel, y que su propósito fuera alisar los rasgos y liberar a los músculos de la fatiga y el estrés acumulados. Lo que sí vas a notar es tu piel más descansada, calmada y algo más reafirmada gracias al extracto de banano que contiene. También mucho más luminosa, ya que el extracto de acerola oxigenará los tejidos.
Camellia Repair Mask, de Chanel
Aplica esta suave mascarilla de textura bálsamo cuando necesites un poco de suavidad y comodidad, sobre todo si sientes que tu piel está alterada por algún factor externo (calefacción, aire acondicionado, exposición solar excesiva, etc.) Lo rico de su fórmula viene por la cera de camelia, una flor conocida por sus propiedades antioxidantes. Después de usarla, notarás la tez más uniforme, luminosa y elástica. De este producto podrás, además, extraer tres usos: si la aclaras con agua te servirá de tratamiento flash de luminosidad; si por el contrario, quieres algo más de nutrición, masajea los restos de producto tras dejarlo actuar 10 minutos; y por último, la puedes usar como bálsamo reparador en zonas concretas. ¡Lo más!
Mascarilla Hydra Life de arcilla rosa, de Dior
Una mascarilla perfecta para pieles mixtas por su contenido en arcilla rosa, más fina y delicada con respecto a otras, y en aceite de jojoba, que hidrata sin engrasar. En su lista de ingredientes también encontrarás algunos toques de malva silvestre, extremadamente calmante, de Haberlea o Flor de la Resurrección endémica de Bulgaria y de extracto de flor de peonía. Con este producto purificarás la piel, refinarás la textura y conseguirás equilibrar la actividad sebo-reguladora, por lo que tras un uso continuado, se consigue un aspecto mucho más matificado. Lo mejor de todo es que solo la debes dejar tres minutos y que, al aclararla, emulsiona en forma de espuma, por lo que evitarás el drama en el baño...
FlashPatch, de Patchology
Si en estas semanas estás descansando mal y las ojeras o bolsas siguen sempiternas bajo tus ojos, no podemos dejar de recomendarte incluir parches para los ojos. Una vez por semana, como prescripción médica. Estos de Patchology son perfectos para iniciarte: súper hidratantes y enriquecidos con cafeína, para despertar la mirada, colágeno, para darle ese sostén a esa piel tan fina como es la del contorno, y Verdolaga, rico en vitamina C y ácidos grasos. Refrescante, suavizante y calmante, esta mascarilla en formato parches es perfecta tras horas ante la pantalla del ordenador y/o del móvil.
Mascarilla Phat Glow, de Ole Henriksen
Lo sabemos, hace tiempo que no puedes hacerte un facial y tu piel lo echa de menos... Pues te tenemos cubierta con esta mascarilla de la marca escandinava con polihidroxiácidos (PHA), los cuales son considerados por algunos expertos como la segunda generación de ácidos tras los AHA. La diferencia con respecto a otros ácidos reside en que los PHA luchan contra la glicación, que a largo plazo degrada las fibras de colágeno y elastina, y que al ser una molécula más grande, se queda en capas más superficiales generando menor irritación. Como sus primos hermanos, los AHA, funcionan exfoliando la superficie de la piel y renovándola, por lo que en un paso, este producto replicará ese efecto buena cara que te queda al salir del centro de estética.
Mascarilla desincrustante al carbón, de Yves Rocher
Las pieles gruesas, con el poro dilatado, o necesitadas de “mano dura”, deben lanzarse a por mascarillas con carbón negro como esta de Yves Rocher, con un 98% de ingredientes naturales. El ácido salicílico de origen vegetal, la arcilla caolín y el extracto de té, absorben el exceso de sebo, eliminan las impurezas de la piel y desincrustan los poros. Cuando la aclares, notarás la piel más fina y clara, especialmente porque el agua de hammamelis de su fórmula ayuda a que sea una limpieza efectiva sin resultar agresiva.
Multiple Miracle Glow, de Charlotte Tilbury
Charlotte Tilbury apostó fuerte presentando este producto híbrido que aspiraba a tantos usos diferentes como limpiador, mascarilla y tratamiento nocturno. Sus aplicaciones pueden ser infinitas y sus seguidoras dan cuenta de ellas, pero a nosotras nos encanta como mascarilla revitalizante, hidratante e iluminadora, retirándola antes de dormir (aunque muchas la utilizan como sleeping pack). Camelia, Rosa Mosqueta, mora del Ártico y coco, la combinación de activos es tan exótica como efectiva y los resultados, lo admitimos, también.
Mascarilla Supra Radiance, de Lierac
Cuando notes a tu piel falta de vida, es el momento de incluir esta mascarilla exfoliante al cuadrado. ¿Por qué? Contiene microcristales que exfolian mecánicamente la piel, despegando las células muertas y las impurezas, pero también alfahidroxiácidos (AHA), que renuevan químicamente la superficie, homogeneizando el tono. Una capa fina (cuidado con el contorno de los ojos, hay que evitarlo concienzudamente) y cinco minutos a la semana, serán suficientes para despertar la luminosidad facial.
Berta Almagro: @bertalmagro
Imágenes: Cortesía de las firmas