Ver cómo trabajan las tendencias en la antigua URSS es asistir a un espectáculo visual sin ningún tipo de freno. Desde la manicura rusa (que en otra ocasión dará también para hablar largo y tendido), hasta el cabello con extensiones o el maquillaje... Todo ámbito de expresión personal que tocan, tiene algo que engancha. Si la cultura japonesa, coreana y china marcan los próximos pasos de la cosmética, la rusa ha llegado para revolucionar la medicina estética. Una entendida a su estilo, es decir, a medio camino entre Oriente y Occidente, pero ante todo peculiar e hiperbólica.

Nadie escapa del poder de los rellenos inyectables, (actualmente omnipresentes en las consultas médicas, pero también en el entorno digital, la televisión y las celebrities). Rusia no es una excepción y, como suele hacer, ha abrazado la nueva ola con entusiasmo. Los gustos allí les empujan a demandar resultados muy marcados, nada de suavidad y rasgos dulces. Los pómulos afilados como la Dietrich, la mandíbula bien contorneada dibujando casi una escuadra perfecta o la barbilla proyectada... aunque lo mejor está al llegar a la boca.

La técnica Russian Lips no es tan diferente al relleno de ácido hialurónico al que estamos habituados. Con él, su objetivo es dar volumen y mejorar la silueta de los labios. La clave aquí es el método con el que se inyecta y la zona exacta donde debe hacerse para que el resultado sea menos proyectado de lo que solemos ver. Si buscas un cambio notable, pero que no derive en la temida boca de pato, esta es la técnica que debes pedir a tu médico.

En función de la anatomía del paciente, los resultados deseados y los labios de base con los que se parta, el experto elegirá el ácido hialurónico más adecuado. Este primer paso es común a otras técnicas de aumento labial, pero la diferencia es que al inyectarlo, mediante los Russian Lips se pretende hacer en profundidad, más allá de la mucosa bucal húmeda, para conseguir un impacto visual certero, pero natural.

Después se coloca del centro hacia fuera con una microcánula para lograr insuflar más carnosidad, pero con un volumen más plano si lo miramos de perfil. Ahí radica el secreto de la técnica, que suele venir acompañada de un efecto colateral muy práctico: mayor hidratación de la piel. El resultado suele ir en la línea del tipo de labios que tienen Angelina Jolie, Irina Shayk y ahora cada vez más compatriotas de la actriz y la modelo...

¿Dónde hacértelo? Busca un profesional que te inspire confianza y cuya trayectoria conozcas, aunque lo más importante es conectar con él, no solo a nivel emocional, sino aún más relevante, estéticamente. Compartir este criterio es imprescindible, ya que la belleza es subjetiva y la popularización de los rellenos ha dado a conocer multitud de buenas manos en las que confiar.

Entender qué se quiere conseguir con el tratamiento y qué se puede obtener, es crucial para evitar frustraciones o resultados indeseados... Pero tranquila, si no sabes por dónde empezar, aquí te dejamos algunos nombres: 

 

Clínicas Londres en calle Lagasca, 95. Madrid

Dr. Carla Barber en calle Joaquín Costa, 24. Madrid

IML en Paseo del general Martínez Campos, 33. Madrid

Dra. Odalys Torres en Clínicas Zurich en calle Diego de León, 21. Madrid

Clínicas Esquivel en calle Serrano, 108. Madrid 

Sí, sabemos que tras leer este tema vas a ir directa Instagram a ver las miles de transformaciones bajo el hashtag #russianlips y, en consecuencia, querrás hacértelo... Al final los placeres culpables no van a ser tan malos, ¿verdad?

 

Berta Almagro: @bertalmagro

Imágenes: Instagram 

 

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