Es una máxima que siempre ha estado ahí, que tus padres te recordaban cuando protestabas sobre tu nariz, tus caderas, tus dientes o cualesquiera que fuesen tus incontables complejos.
"La belleza está en el interior", decían, y tenías que aceptarlo. ¿Interior? Menuda sandez. "Por muy bonitos que sean mis pulmones..."; hasta que acabas entendiendo -bendita edad- que sí, que la máxima es cierta, qué las caras más bonitas tienen muchas veces los cerebros más huecos, y viceversa. La inteligencia, la cultura o la riqueza de valores son virtudes que cada vez cotizan más por su escasez, pero no debemos ser hipócritas: unas facciones de proporciones matemáticas siempre son un plus, de igual modo que lo son unos ojos nítidos y profundos, una nariz recta o una sonrisa
profident. Pues llevando esta idea al extremo, y tomándonos a broma ese padre nuestro de "la belleza está en el interior", Vanidad recoge casos esperpénticos que disfrazan algunos de los rostros más bellos del mundo. Vamos a reírnos, así que coged aire con esos preciosos pulmones.
"Weird Science 2" es el nombre con el que la web cómica
Funny or Die ha bautizado este vídeo de menos de cuatro minutos de duración en el que podemos ver la versión más bella de
Alessandra Ambrosio. Con ciertos aires ochenteros, los típicos adolescentes norteamericanos -no demasiado populares- tratan de recrear la mujer de sus sueños, el prototipo, pero algo no va bien.
Aquí podréis descubrir el porqué tanto parecido entre Ambrosio y el Frankenstein de Mary Shelley.
Agusto debieron quedarse también los maquilladores de "Monster" con
Charlize Theron interpretando a Aileen Wuormos. La bellísima sudafricana tuvo que verse de esta guisa para conseguir un Oscar, ¿no es paradójico? Uno de esos muchos ejemplos de caracterización que asustan y además recuerdan la importancia de un buen paso por chapa y pintura. También vivió esa customización
Gwyneth Paltrow, a quien tuvieron que añadir capas y capas de
lo-que-quiera-que-sea-ese-material para parecer más ancha de huesos.
Cameron Díaz, niña mimada de Hollywood, no siempre ha tenido que parecer sexy. En
"Como ser John Malcovich", la melena rubia californiana de la actriz desapareció, y los ojos se tornaron marrones. Y
voilá. Fea sería mucho decir, pero, dejémoslo en menos guapa. También sorprendente fue ver a
Nicole Kidman interpretando a Virginia Woolf en "Las horas" con ese aire descuidado un tanto ajeno a la australiana. ¿Y
Salma Hayek como Frida Kahlo? Otro arquetipo más que sirve para recordarnos que, 1) no hay mujer fea sino mal arreglada, y que 2) la belleza siempre está en el interior. Por eso, y a pesar de que un 90-60-90 va muy bien como carta de presentación, nosotros nos quedamos con la literatura de Woolf o la pintura de Kahlo, quienes probablemente despierten muchas más pasiones que cualquier otra aquí nombrada.
Alejandro Bernad Perié
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