Las cejas son como ese actor secundario que tanto te suena de infinidad de películas, pero que cuando toma el centro de una conversación entre amigos, nadie recuerda su nombre.
Responsables de dar expresividad y carácter a tu mirada, cuando las cejas están bien depiladas nadie repara en ellas; actúan como ese actor secundario eficiente. Ahora bien, cuando están depiladas en exceso, defecto o con una forma inadecuada, sí que llaman la atención, y no positivamente.
A lo largo de los años puede que hayas tenido una relación de amor-odio con tus cejas, pero hoy es el día en que nos proponemos reconciliarte con ellas mediante esta mini guía básica para domarlas y aprovechar su potencial, toma nota.
DEPILACIÓN
Tal y como la maquilladora
Bobbi Brown aconseja, en los casos en los que es necesario redefinir la forma, la tendencia natural de tu ceja debe ser la guía que oriente la depilación.
Las cejas también se ven afectadas por las modas, por lo que intenta depilar siempre de forma conservadora, muchas veces los pelos que eliminas no volverán a salir y puede que esa ceja tan glamurosamente arqueada, dentro de unos años no se acople tanto a tus gustos.
También debes tener presentes tus rasgos faciales, e incluso corporales, para que las cejas armonicen con los mismos, de forma que una cara con rasgos delicados pedirá unas cejas más ligeras, mientras que una figura más atlética se verá más favorecida con unas cejas más gruesas.
Si es la primera vez que se depilan o se quiere cambiar la forma de las mismas, resulta casi obligatorio acudir a un centro especializado, como
The Lab Room, los
Brow Bar de Benefit o
Cult Madrid, ya que hacerlo una misma resulta complicado.
A partir de ahí,
¿qué método utilizar?
La depilación con pinza puede ser un buen método cuando no hay que eliminar mucho vello, se necesita gran precisión o queremos mantener un diseño. El método con hilo puede ser una buena opción cuando hay más vello que eliminar: resulta rápido y el masaje que produce al extraer el vello puede minimizar el dolor. Por último, la cera suele emplearse para limpiar eficazmente una zona. Quizá para el entrecejo sea adecuado, pero mejor evitarlo para el párpado móvil, ya que el tirón al retirarla puede alterar la firmeza de esta delicada zona.
Así, lo ideal es combinar estos tres métodos en función de las necesidades de cada persona, para conseguir definición y precisión a partes iguales.
Kim Kardashian y sus invitadas disfrutaron durante su baby shower de un diseño de la mano de la reina indiscutible de las cejas,
Anastasia Soare.
Una vez conseguida la forma deseada, llega el momento del maquillaje para mantenerlas en orden y aportar densidad donde sea necesario. Para ello, geles, lápices y sombras son tus aliados...
MAQUILLAJE
Los geles ayudan a que no se descoloque ningún pelo y acabes pareciendo Gargamel (el Malvado de los Pitufos). Si únicamente deseas fijación, el incoloro te será útil, aunque también podrías usar un poco de laca o bálsamo untuoso con un cepillo duro de cejas para peinarlas.
Por otra parte, si tienes muchos pelitos rubios o canas, un gel con color puede ayudarte a colorearlos, haciéndolos aparecer de la nada. Por ejemplo, el Natural Brow Shaper de Bobbi Brown tiene un formato práctico y gran variedad de tonos, ¡Imposible no encontrar el tuyo!
El lápiz es un gran aliado, permite grandes cambios en tiempo récord, pero ha sido también la herramienta artífice de grandes fechorías en las cejas (seguro que ya te viene algún que otro ejemplo a la cabeza), por lo que muchas personas le tienen miedo.
Para empezar, elígelo siempre un poco más claro del color de tu pelo natural, para que se integre mejor y no subraye los defectos. Olvídate del negro o los excesivamente rubios, el marrón en sus diferentes versiones y matices es una apuesta segura.
Después, aplícalo imitando la dirección del vello natural y cepíllalo ligeramente para suavizarlo.
¿Una buena opción? El
Instant Brow Pencil, de
Benefit, que incorpora un cepillo en el mismo lápiz para realizar la operación completa.Por último cuando hay calvas o se quiere simular más densidad,
la sombra es un buen recurso.
Suele ser fácil de usar hasta para las más principiantes y le da mucha fuerza a la mirada, como es el caso de
Le Sourcil, de
Chanel, un pequeño estuche con tres tonos diferentes para mezclar entre sí, unas mini pinzas y cepillo para peinarlas.
Siempre recuerda retirar el exceso de sombra antes de aplicar e intenta introducir la sombra a contrapelo para evitar manchas de color y unificar el resultado.
Berta Almagro -
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