UNOde50 Art Gallery Madrid, el espacio expositivo dedicado al universo de la firma y su director creativo, abre de nuevo sus puertas al festival PHotoESPAÑA con una invitada excepcional. Y es que la artista seleccionada en esta 26a edición no es otra que Rocío Aguirre, cuya obra comparte con UNOde50 una poderosa fuente de inspiración: el amor en todas sus formas y manifestaciones y el poder de las relaciones humanas que Rocío retrató a lo largo de catorce años.

No te pierdas los detalles de 'Rocío Aguirre (2008 -2022)', abierta del 7 de junio al 10 de septiembre en el eje de la Gran Vía madrileña (C/ Caballero de Gracia 24):

Rocío, el mundo del arte y la moda, es muy estrecho. En este caso, ¿cuál crees que es el nexo que une a Unode50 con la fotografía?

En mi caso en particular, podría decir que he podido trabajar en las campañas de UNOde50 y siempre he tenido muchísima libertad en cuanto a proponer modelos, estilos de iluminación y arte. Se nota que es una marca liderada por personas que disfrutan de la fotografía y que, además, se interesan por ella.

Como artista, ¿con qué te identificas más de la marca?

Con lo que más me identifico es con que le dan un espacio al arte. Por ejemplo, ahora mismo, expongo en el marco de PHotoESPAÑA, en un espacio de la tienda que han destinado especialmente como galería.

Imaginamos que la internacionalización, así como la colaboración con otros sectores artísticos se presenta, en estos casos, como un factor clave para dar a conocer tus proyectos. ¿Qué sensaciones tienes con esta genuina colaboración que presentas junto a Unode50 y PHotoEspaña?

Estoy muy feliz de poder hacer esta muestra porque destaca alguna de las fotos que he publicado en mi libro "Rocío [2008-2022] X ROCIO AGUIRRE". Lo lancé en diciembre del 2022, y el hecho de que ahora culmine con una exposición en el marco de PHotoEspaña, que para mi gusto es un referente mundial en la fotografía, después de seis meses de promoción, es un lujo. 
 

Retrocediendo hasta tus inicios, ¿cómo y cuándo empiezas en el mundo de la fotografía?

Tengo conciencia de que la fotografía es un trabajo -además de un medio de expresión- desde que tengo 12 años. Mis padres trabajaban en una agencia de publicidad en Concepción, el sur de Chile, pero empecé a dedicarme de lleno como mi única fuente de ingresos en el 2015, cuando salí de la universidad y dejé de asistir a fotógrafos que admiraba.
 
Uno de mis primeros trabajos fue una campaña para una tienda de ropa de segunda mano seleccionada que era muy visionaria para ser Chile. En esa época lo vintage era para gente que no tenía dinero para comprar el retail, así que me encantó la visión. Trabajé durante años con ellos...

Tus inicios también se vieron marcados por la dictadura militar de Pinochet. ¿Cómo crees que te afectó en el momento de propulsarte a nivel profesional?

Bueno, yo soy del 89, el año en que acabó la dictadura de Pinochet, pero mis padres vivieron muy fuertemente esa época y creo que heredé esa necesidad incansable que se enseñaba en esa época, de que el trabajo fuera tu razón de vivir, para tu futuro, tus metas, tus relaciones y tu felicidad.
 
Por suerte, con los años, estoy aprendiendo que en la vida también es necesario descansar, darse tiempo para uno y que eso no es sinónimo de perder el tiempo.

¿De qué manera sigue influyendo Chile, tu tierra natal, en tu estilo fotográfico? ¿Y España, país donde resides ahora?

Honestamente, creo que siempre me he esforzado con ser diferente en mi país y destacar por ello. Me gustaba compararme con fotógrafas como Paz Errazuriz, aunque no nos parecemos en el estilo fotográfico, pero sí en que hacía lo que le daba la gana. Fui una de las primeras que empezó a hacer moda en analógico, por necesidad, no por moda.
 
Simplemente no tenía dinero suficiente para comprarme una cámara digital y, en mi época, la fotografía analógica no era cara, entonces mi sello se transformó en esos colores, en el uso que hago de la luz natural y en esa manera de trabajar muy pensada antes de gastar las 36 fotos que contenía un carrete.
 
España me da eso, por eso lo elegí como lugar para avanzar en mi carrera, un país que abraza lo distinto, lo nuevo y extranjero.
 

A día de hoy, ¿cuáles son tus fuentes de inspiración principales? ¿Han cambiado mucho a lo largo de los años?

Mis inspiraciones van creciendo, pero mantengo la misma admiración por las primeras que tuve. Fotógrafos como Nan Goldin, Martin Parr, William Eggleston, el cine americano de los 70, la música, el cine, la calle... Ahora mismo, me inspira mucho leer ensayos que le han hecho a otros fotógrafos o incluso ensayos que tienen que ver con análisis de la luz del sol.

Ya que el amor es el sentimiento que vertebra esta exposición, ¿qué significa para ti?

El amor para mi tiene muchas maneras de ser visto: el amor entre amigos, el amor por viajar, el amor de pareja, el amor fugaz... En esta exposición y en el libro en general, se muestran todas estas versiones de amor, pero también habla del amor por uno mismo, de darse el espacio en vida de hacerse una autobiografía, revisar tus momento, analizar qué importa, quiénes han sido parte importante de tu vida y qué peso tiene en ti todo esto.

¿Y en tu trabajo? ¿Cómo suelen intervenir este tipo de emociones en lo que haces?

Las emociones están presentes siempre en cualquier persona que es creativa, incluso en momentos de bloqueo. El darse espacios en blanco para poder empezar un nuevo proyecto es parte de esa creatividad.

La colección de imágenes que presentas en ‘ROCÍO AGUIRRE (2008 – 2022)’ es una recopilación de fotografías realizadas a lo largo de más de una década. ¿Cuándo decides agruparlas y darles un hilo conductor?

Es un proyecto que tomó 6 años armarlo, pasó por muchas formas, un fanzine, un blog, un periódico... Pero, finalmente, en 2022, decidí que quería darle un espacio a todas esas fotografían analógicas que no eran de trabajo, sino de mi vida, como si fueran un diario.
 
El hilo conductor se dio solo, pues siguen un orden cronológico que aborda 14 años de vida y que queda con un final abierto para dar a entender que mi vida sigue, no que necesariamente habrá un segundo tomo. 

¿Hay alguna/s en concreto por las que sientas especial cariño? ¿Por qué?

Hay algunas por que siento una conexión especial, sí... Por ejemplo, una de las fotos que abre el libro, que son unas rosas salvajes que habían en la casa de mi madre, me recuerda mucho a esa sensación naif o romántica que tenía de la fotografía, de que todo fuera bello. Sin embargo, también me gusta verla porque me recuerda mis raíces, a la casa de mi abuela, a la de mi madre, a mi tía abuela Raquel y a las mujeres que han estado presentes en mi familia compuesta solo de tías mujeres y primos.

¿Algún otro proyecto que tengas ahora mismo entre manos y del que quieras hablarnos?

De momento, a corto plazo, estoy enfocada en hacer campañas de moda y en poder fotografiar proyectos que me gusten.
 
 
 
Paula Rodríguez: @paula_rodriiguezzz
 
Imágenes: Cortesía de la artista

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