‘Pretend It’s a City’ es, sin lugar a dudas, una de las mejores cosas que nos han pasado en los difíciles inicios de 2021. El documental que el bueno de Martin Scorsese le dedica a Fran Lebowitz, es más que un homenaje a su amiga escritora y humorista, y mucho más que una carta de amor-odio a Nueva York o una guía desternillante de la ciudad. ‘Pretend It’s a City’ acaba siendo un regalo para el espectador, especialmente para ese que no ha tenido aún el placer de conocer y disfrutar de la carismática personalidad de Fran Lebowitz y sus sabios consejos (aunque la mayoría lleguen en forma de queja). Gracias, Martin.

En este artículo, analizamos qué es lo que ha hecho que este documental se haya puesto en boca de todos y que haya cautivado incluso a quienes no han estado nunca en la Gran Manzana. Y, por supuesto, a quienes ni siquiera les sonaba el nombre de Fran Lebowitz.

“Si me quejo de las cosas de las que me quejo, ¿cambiarán? Hasta ahora no”.

¿Es el formato? 

Somos la generación de los nostálgicos. Solo hay que ver cómo estamos recuperando las cámaras analógicas e imitamos su estética en videoclips, en el cine o en filtros de Instagram. Y ‘Pretend It’s a City’ nos da exactamente esa estética retro modernizada que nos maravilla, recuperando cintas viejas y entrevistas del pasado. Además, se compone de apenas siete capítulos, de no más de treinta minutos cada uno, y un ritmo óptimo, así que se digiere bien y es apetecible. 

¿Es el mensaje?

La obra de Martin Scorsese trata las absurdidades de nuestros tiempos, desde los guilty pleasures (algo impensable para Fran), hasta las tecnologías, el transporte urbano, el deporte, las bibliotecas y el simple hecho de vivir en Nueva York.

“Nadie puede permitirse vivir en Nueva York. Sin embargo, ocho millones de personas lo hacen. ¿Cómo? ¡No lo sabemos!”

En un momento de incertidumbre, nada como recuperar, aunque sea de forma ficticia, la normalidad que evoca el ajetreo de una ciudad donde viven ocho millones de personas, los metros siempre van llenos y que ha servido como telón de fondo para infinitas historias en el cine, la música y la literatura, entre muchas otras artes.

¿Es el tono? 

El de Fran Lebowitz es un humor ingenioso y reflexivo que a la vez parece tan natural y espontáneo, que más que hacernos reír a carcajadas (excepto si eres Martin Scorsese), nos hace sonreír cada vez más fuerte. Atender a las ocurrencias de la escritora, es una mezcla entre compartir un vino con amigas y escuchar las apasionantes historias de una persona mayor. Píldoras de conocimiento y entretenimiento a partes iguales. Cuando no te ríes, puedes extraer una lección y viceversa, o ambos resultados a la vez. 

Fran Lebowitz a menudo habla desde la queja, pero la mayoría de veces lo hace entonando el mea culpa, desde la fortaleza que refleja una persona que es “muy suya” y se conoce muy bien (o la confianza que dan los años). Es también una persona muy “vivida”, y es que no todos podemos decir que hemos trabajado para Andy Warhol y al mismo tiempo hemos sido taxista, chófer, limpiadora, columnista, colaboradora de televisión, conferenciante, actriz…

¿Es el estilo de Fran?

En la época del postureo, la sobre-exposición del selfie y la proliferación masiva de tendencias a través de Instagram, la escritora y humorista se muestra fiel a un estilo propio que no se rige por colecciones ni influencias efímeras. A través de una estética masculina, práctica y elegante, formada por unos Levi’s 501, una americana con camisa blanca, unas botas de cowboy y sus imitadas gafas de concha, Lebowitz ha encontrado sus señas de identidad, que ha ido consolidando y elevando con la madurez que proporciona el tiempo (volvemos aquí también a la seguridad en uno mismo). Fran Lebowitz es icónica sin esforzarse en serlo.

“Odio el dinero profundamente. Sin embargo, mi problema con esto, no es mi único problema, es que me encantan las cosas. Odio el dinero, pero me encantan las cosas. Lo odio, pero me gustan los muebles. Lo odio, pero me gustan los coches. Lo odio, pero me encanta la ropa. Odiar el dinero está bien si odias las cosas, porque entonces eres el Dalai Lama”.

En definitiva, es un mix de todos estos elementos -formato, mensaje, tono y el estilo de Fran- los que hacen de ‘Pretend It’s a City’ nuestro último documental favorito. 

¿Dónde seguirla?

Hoy en día, seguir el día a día o la trayectoria de alguien que no tiene redes sociales es realmente todo un reto. Y aún se complica más la tarea si la persona en cuestión (en este caso una afamada escritora y humorista), no publica obras.

No sabemos si publicará un nuevo libro (no lo hace desde hace más de treinta años), ni si habrá una segunda parte de ‘Pretend It’s a City’, ni podríamos decirte en qué próximos late-shows americanos estará como invitada... Por ello, solo podemos invitarte a revisitar sus obras pasadas, entrevistas o antiguos documentales como ‘Public Speaking’ (2010), también obra de Scorsese.

O también puedes seguir alguna cuenta fandom en redes que haga el trabajo por ti. O confiar en que volverá a tu vida y tenerla siempre en el radar. Nosotros no dejaremos de tenerla presente.

“Vas a una subasta, sale un Picasso, y silencio sepulcral. Cuando baja el martillo con el precio, aplausos. Vivimos en un mundo en el que se aplaude el precio, no el Picasso. Nada más que añadir”.

 

Carla Tomillo: @carlatomillo

Imágenes: Cortesía de Netflix e Instagram.

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