«La Joia» fue la película Nº1 en su día de estreno, acumulando ya más de 45.000 espectadores en España y haciéndose con el mejor inicio en taquilla de un documental en 4 años y de un documental musical en la última década. Y es debido a este gran éxito que, si aún no has ido a tu cine de confianza, podrás hacerlo, ya que el documental seguirá en más de 200 salas del país unos días más.

Este es el primer largo de David Camarero y una apuesta por el retrato crudo y sincero de una de las artistas más influyentes de la escena urbana española. En esta entrevista, el director nos cuenta en profundidad cómo ha sido el reto de convertir cientos de horas de material en una narrativa única. 

DAVID CAMARERO nos habla de los retos detrás de «La Joia»

El documental es tu primer largometraje, que además ha sido proyectado en los cines de todo el país. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Estás satisfecho con el resultado?

Aunque siempre tuve en mente la idea de algún día poder llegar a hacer un largo, nunca pensé que terminaría pasando de esta manera: junto a una artista como Bad Gyal, estrenando en mi festival favorito, llegando a más de 200 cines... Estoy mega satisfecho con el resultado y muy contento con la acogida del público. ¡Está siendo una experiencia increíble!

Sin embargo, antes de «La Joia» has trabajado en distintos proyectos visuales. ¿Cómo ha sido la transición de trabajos más cortos o comerciales a un documental de larga duración como el de Bad Gyal?

El paso de los videoclips y la publi a un proyecto de largo documental ha sido todo un reto. Es cierto que yo vengo de un background de trabajar en TV en formatos de corte más documental, pero nunca me había enfrentado al formato largometraje. Los tempos, la estructura, la gestión de la información, etc, etc... en un largo, son mucho más complicados. Y más en un proyecto como este, donde teníamos tantísimo material.

Este proceso de estructurar la narrativa ha sido, quizás, el mayor reto (pero también la parte donde más he aprendido y mejor me lo he pasado).

Cartel de «La Joia»

 

¿Cómo surgió la idea inicial del documental? ¿Fue una propuesta que nació desde Bad Gyal y su equipo o fue un proyecto que tú ya tenías en mente?

El documental era una idea que yo tenía en mente desde 2021, cuando Alba y su equipo me llamaron para rodar unas mini piezas para el final de su gira «Bad Gyal Soundsystem». Allí vi que había mucha parte de su trabajo y su universo que Alba no enseñaba al público y que me parecían muy interesantes.

Cuando me enteré que estaba preparando el disco de «La Joia» pensé que era el momento de intentarlo y, por suerte, aceptaron la propuesta.

¿Qué fue lo que te atrajo de la figura de Bad Gyal para querer contar su historia?

Lo que más me atrajo de Alba en un primer momento fue que representaba al 100% un nuevo ideal de artista en nuestro país: pertenecía a la llamada «escena urbana», muy marcada por una ética del DIY, con un imaginario muy definido que no solo abarcaba la música, sino también la moda, maquillaje, pelucas, baile... Y que, por otra parte, siempre había sido muy hermética sobre su vida, dando cierto halo de «misterio» al personaje.

¿Crees que la gente verá algo de Alba que le sorprenda o que no conocían sobre ella? ¿Qué impacto esperas que tenga «La Joia» en la audiencia, especialmente en aquellos que ya son fans de Bad Gyal?

Creo que la gente descubrirá muchas Albas que no conocía. Como te decía, Bad Gyal siempre ha sido una artista muy celosa de su intimidad y con esta película se expone y abre mucho las puertas de su vida.

Bad Gyal en la gala inaugural de In-Edit ©Alba Rupérez

 

Y para ti, ¿hubo algún momento específico de la vida de la cantante que te impactara especialmente o que te sorprendiera descubrir?

Me impactó mucho la Alba del verano pasado. Era el momento de crecimiento máximo de «Chulo pt2», iba a tocar en Miami con Karol G y llevaba un ritmo frenético, pero (como ella explica en la película), fue su peor momento a nivel personal.

Ver con que entereza y fuerza tiraba Alba para delante con la infinidad de cosas que tenía mientras estaba en un momento tan delicado, fue algo que me sorprendió mucho.

Bad Gyal ha construido una imagen pública muy poderosa a través de su estética y su música. ¿Cómo lograste equilibrar la intimidad con la icónica imagen que ya conocemos de ella? 

El equilibro se dio de forma natural porque durante todo este tiempo era prácticamente uno más de la crew, por lo que vivía tanto los momentos de intimidad como los de mayor exposición pública.  

¿Cuál es el mayor reto al que te has enfrentado al documentar la vida y carrera de una artista como Alba?

Creo que el mayor reto ha sido enfrentarme a todo el material y ser capaz de cribarlo y seleccionar lo verdaderamente importante. Al pasar tanto tiempo junto a ella y el equipo y ser todo el material tan crudo y cercano, sin secuencias preparadas ni nada escaleteado, todo iba pasando delante de mí sin filtro, por lo que ordenarlo ha sido todo un reto.

Por suerte, he tenido un equipo increíble tanto de guión (Laura Herrero) como de montaje (Nila Nuñez y Marta Alcazar), que me han dado mucha luz en este proceso.

Entendemos que el título del documental hace referencia al proceso, un poco tortuoso, por el que pasa todo el equipo de Bad Gyal hasta la salida del álbum homónimo, pero… ¿qué representa este título para ti?

Siempre pienso que me gusta mucho la otra acepción que tiene «joia» en catalán, que es un sentimiento de alegría muy fuerte. Creo que esta otra «joia» es la que pierde Alba al inicio de la película y consigue recuperar cuando el disco sale.

Fotograma del documental «La Joia»

 

¿Cómo describirías tu enfoque visual para «La Joia»? ¿Ya tenías una idea en tu mente a la que quería llegar antes de empezar a grabar o comenzaste a construir a posteriori cuando ya tenías todo el material recogido? 

A nivel de enfoque visual, al inicio tenía en mente algo mucho mas preciosista y «estético», pero poco a poco, según iba ganando cercanía con Alba y el material era cada vez más íntimo y observacional, me di cuenta de que tenía que buscar un enfoque más crudo, como si la cámara la llevase cualquier otra persona del equipo y no un cámara. Por eso la película juega con tanto movimiento sucio, zooms, golpes de cámara...

A nivel de montaje, desde el principio tenía claro que quería trabajar mucho en base al contraste «frenetismo/espera» que definió la vida de Alba durante estos meses. 

A lo largo del documental, ¿hay alguna escena que sientas que define particularmente el espíritu y la identidad de Bad Gyal?

Creo que la respuesta a esta pregunta cambiará cada vez que vea la película, pero ahora mismo te diría una pequeña conversación que tiene Alba con su manager, donde aparece quejándose de los retrasos del disco y dice algo así como: «también me podría poner punky y filtrarlo»... Creo que en esta mezcla entre chulería, actitud un poco kamikaze, pero a la vez paciencia para esperar y tener visión a largo plazo, hay mucho del ADN de Alba.

David Camarero en la gala inaugural de In-Edit ©Alba Rupérez

 

Por último, ¿qué te llevas de esta experiencia como director? ¿Piensas seguir enfocando tu carrera en esta línea?

Me llevo muchísimos aprendizajes que ya quiero poner en práctica en el siguiente proyecto. Me encantaría poder seguir trabajando dentro de la intersección entre documental y música, pero también estoy interesado en proyectos de ficción...

 

Lulu Callejas: @lulu.callejas 

Imágenes: Youtube y cortesía de In-Edit

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