Prostitución no siempre es igual a esclavitud. Eso es precisamente lo que Julia de Castro defiende, tanto en su libro 'La retorica delle puttane', como en la exposición homónima que acaba de inaugurar junto al fotógrafo Juan Baraja en el bar Cock de Madrid.

©Celia Mariscal

 

Tras la reciente propuesta del Gobierno español de abolir la prostitución en nuestro país, la diversidad de opiniones, incluso en el ámbito feminista, vuelve a estar servida. Mientras que algunos confían en que su prohibición supondría la liberación de la mujer en un sistema patriarcal, otros creen que lo que verdaderamente la empodera es la libre elección de su profesión.

En este grupo podría situarse la obra de Julia de Castro, quien, después de descubrir el polémico libro de Ferrante Pallavicino -escrito en 1642 y dedicado a las prostitutas de la época-, decidió ya no solo traducirlo por primera vez al español, sino llevarlo más allá profundizando en las circunstancias que rodean al «oficio más antiguo del mundo». Sin duda, un tema que sigue levantando controversia... 

Aunque 'La retorica delle puttane' parte de una clara premisa (la única prostitución posible es la que se ejerce de forma voluntaria. Todo lo demás, no es prostitución sino esclavitud, explotación, trata), ¿por qué crees que tu defensa sigue generando tanta polémica?

En mi caso, antes de iniciar la investigación no sabía nada acerca de la prostitución. Sinceramente creía que sí, pero era un conocimiento teórico, lo que había leído en medios, libros puntuales, algún ensayo… No es un tema que toquemos en nuestro día a día y sin embargo, cuando sale en una conversación, nadie es indiferente, todos tenemos una opinión.

Es polémico porque toca la sexualidad, el cuerpo femenino y lo económico, pero sobre todo porque es un tema en el que nadie quiere realmente profundizar. Requiere revisar muchas certezas e imagino que para algunos no es muy cómodo... 

En una entrevista incluso afirmas que lo más duro de este proceso ha sido enfrentarte a seres queridos por rivalidad de opiniones… ¿Por qué dices que a la vez esto ha sido lo más constructivo? 

Más que rivalidad diría DISCREPANCIA. Me pilló por sorpresa. A medida que iba profundizando en la investigación -especialmente conversando con trabajadoras sexuales-, y lo compartía, a mi alrededor se complicaba todo.

Fue constructivo porque viví en primera persona la opacidad con la que mi entorno trataba el tema, así que tuve que aprender a ser precisa y, sobre todo, a saber que no siempre podía dialogar.

Las dimensiones con las que las mujeres de mi alrededor vivían mis conclusiones me herían inicialmente. De esa frustración nació una canción: 'Ríndete', dedicada a Susanna, la prostituta italiana que me inspiró a escribir el libro.

©EnriqueGimeno

 

¿Cuándo decides embarcarte en el proyecto y continuar con el legado que Ferrante Pallavicino dejó?

Todo comienza cuando tengo conocimiento de la beca en la Real Academia de España en Roma. Pensando en un proyecto que desarrollar, rescato el libro que mi profesora de Literatura Italiana, Teresa Losada-Liniers, me descubrió. Para mí el libro homónimo del humanista del siglo XVI era un misterio porque estaba en italiano del settecento y mi propuesta era traducirlo y desarrollar con la traducción una pieza escénica. Acabó siendo una contestación a Pallavicino, con lecciones de hoy, del siglo XXI. 

En el libro Roma es un personaje más. ¿Por qué consideraste importante hacer este paralelismo entre España e Italia?

Una de las premisas de la beca era relacionar tu proyecto con la ciudad de Roma. Si para Pallavicino era Venecia el contexto desde el que escribió y donde conoció a las puttanem, para mí era Roma. Sin embargo, como española, veía imprescindible reflejar la situación del trabajo sexual en mi país para escribir una retórica personal.

La conclusión fue contactar con dos prostitutas de ambos países, algo por otro lado muy difícil... Hay que ser muy valiente para exponerte visualmente en unas fotografías sabiendo el estigma social que tiene ser prostituta. Amnistía Internacional insta a los gobiernos de todo el mundo a regularizar a las trabajadoras sexuales de carácter voluntario porque son uno de los grupos más vulnerables y discriminados de la sociedad. Ellas sufren violaciones de los derechos humanos de forma cotidiana. Ana Rebollar, con la que tuve el placer de contrastar mi investigación, me dio una perspectiva desde su institución que veo necesaria para todo aquel que quiera saber más sobre la situación de la prostitución. 

©JuanBaraja

 

Conociendo el trágico final de Pallavicino y la controversia que generó su obra, ¿cómo esperabas que se acogiera tu trabajo cuatro siglos después? ¿Cómo ha sido su recibimiento?

Desde luego no esperaba ser decapitada como el autor. No tenía expectativas. Quería, sobre todo, dar a conocer la obra inédita al castellano de Ferrante y, si mi respuesta al libro resultaba interesante para lector, ya me daba por satisfecha.

En cuanto al recibimiento, hasta ahora he tenido muy buenas respuestas de latinistas, activistas y trabajadoras sexuales. También de gente con una visión diametralmente opuesta sobre la prostitución y con la que me resulta interesantísimo hablar. Siempre han sido conversaciones muy constructivas.

En 'La retorica delle puttane' estableces un diálogo con el autor, contraponiendo sus lecciones imaginarias con las que tú misma has conocido investigando y conviviendo con dos prostitutas. De todas ellas, ¿cuáles destacarías? 

La higiene y la familia fueron dos lecciones reveladoras. Las dos mujeres con las que escribí el libro, Valerie y Susanna, son perfiles muy diferentes y su manera de abordar la higiene era un reflejo del espacio y el país donde ejercían.

Pertenecen a generaciones muy distintas y eso incidía en su visión de la familia de una manera sorprendente. Valerie, que es más joven, no tenía tanta aceptación de familiares o amigos como Susanna, sin embargo, para Susanna era inconcebible pensar en una pareja... Es más, afirmaba que era imposible que un hombre se quedara a su lado con su trabajo. Valerie, por experiencia, sostenía que sí hay hombres con la mentalidad tan abierta como para respetar su trabajo y compartir su vida con ella.

©JuanBaraja

 

Valerie, por ejemplo, es activista y “ejerce la prostitución desde el feminismo”. En tu opinión, ¿qué diferencias hay respecto a las que no lo hacen desde esta perspectiva?

La diferencia desde mi punto de vista es que Valerie tiene una clara conciencia de Sindical desde la que se posiciona y habla para cambios sustanciales de sus compañeras.

Susanna no ejerce desde una perspectiva activista... Sin embargo, tiene una postura más intimista e individual desde la que, sin darse cuenta, crea muchas reflexiones en los que hemos tenido la suerte de conocerla.

 

Anna Alarcón: @_annalarcon

Imágenes:  ©EnriqueGimeno, @JuanBaraja y @CeliaMariscal

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