Hay ciertas cosas en la vida que nos diferencian a los hombres y a las mujeres. ¡Qué levante la mano el primer hombre que no ha querido saber cómo es la sensación de un orgasmo femenino! O quizá se ha imaginado cómo sería llevar en el vientre un pequeño ser... Y ¿qué hombre no ha deseado probarse unos tacones?
Ponerse en el lugar de las mujeres agota… y mucho.
Llevo un tiempo reflexionando sobre la bendita frase “para estar guapa hay que sufrir”. Quiero entender el concepto, pero jamás entenderé ese sadomasoquismo de subirse a unos andamios que trastocan cada paso. Nadie puede discutir que realzan las piernas. Y que incluso al menos fetichista consiguen sacarle una sonrisa pícara.
Pero no todo son ventajas para el observador. También dicen que son beneficiosos para la salud de la portadora porque hacen mejorar la postura y mejoran los músculos del suelo pélvico. ¡A aquel instruido que hizo tal afirmación deberían encerrarlo y tirar la llave al mar Adriático!
Yo, que me preocupo por la integridad física de cada una de vosotras, he realizado un exhaustivo análisis de investigación para ayudaros a subiros a esos endemoniados sin sufrir.
Tira que te tira con la tirita
Amigas, vuestra más fiel aliada es esa tela adhesiva que de pequeñas cada progenitor empleaba para cubrir cada una de las heridas de guerra del patio. Hoy por hoy, las ventas se disparan entre las mujeres con el fin de aliviar la rozadura en el talón derecho.
Ayer, hoy y siempre
Aprender a andar sobre tacones como si fueses un barco surcando mil mares requiere práctica. Nadie dijo que fuese fácil y deberás probar por diferentes superficies. ¿Quién no ha ido a una
boda en el campo y ha visto cómo cada invitada hacía agujeros allí por donde pisase?
Mejor calidad que cantidad
Con el beneplácito de Imelda Marcos, el zapatero de
Carrie Bradshaw significó un antes y después en la raza humana. Ojos saliéndose de las cuencas y la pregunta en el aire retozando en cada casa: ¿De dónde sacaba el dinero la columnista intrépida?
¿Manolos por doquier? Bien, quizás no seas Mrs. Bradshaw, pero debes saber que es preferible invertir en tacones de calidad que en burdas imitaciones que destrozan los tendones.
El poder de la plantilla
Cada pisada si está acolchada mucho mejor. Para eso, hay plantillas de silicona que alivian al pie y sirven de aliadas para las noches más largas.
Todo por una plataforma
No es lo mismo un
stiletto que un
peep toe. Porque
no es lo mismo estar nivelado que en pendiente. Los 20 cm con
plataformas son menos cm.
¡Bailarinas al bolso!
Y si ninguno de estos tips te consigue ayudar como es debido… ¡Cálzate unas bailarinas bien comodas!
“Una mujer con un buen par de zapatos nunca es fea” – Coco Chanel dixit
Pablo Aragón - @aragon_pablo
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