Aunque para dar el “Sí, quiero” no te haga falta mucho más que un novio –o una novia- y un par de testigos, llevar un vestido espectacular en el día de tu boda resulta del todo imprescindible. ¿O no? Uno parecido al de Grace Kelly, con el escote abotonado y metros y metros seda, o al de Bianca Jagger, en dos piezas y pamela. Son muchos los vestidos de novia despampanantes que almacena tu memoria, y el último quizá sea el que ha llevado este fin de semana la tenista
Serena Williams, de Sarah Burton para
Alexander McQueen.
La tenista se ha casado con el empresario Alexis Ohanian llevando un modelo con busto en forma de corazón y una increíble falda de tul firmado por la famosa casa de moda británica.
“Volé a Londres para reunirme con Sarah [Burton] y terminé enamorándome de la silueta del vestido, que es completamente lo contrario de lo que alguna vez pensé que elegiría para mí”, contaba a los medios el gran día.
El vestido de novia de Williams no es atípico, o extravagante –pese a que haya costado la friolera de 3,5 millones de libras-, pero sí magnífico. Hay más ejemplares así.
El minimalista Narciso Rodriguez que la publicista
Carolyn Bessette lució en su boda con John John Kennedy, en seda de color blanco y cortado al bies, se ha convertido en un auténtico símbolo de los 90, marcando un antes y un después en la moda nupcial.
El vestido de
Grace Kelly en su boda con Rainiero de Mónaco, celebrada en 1956, tardó en estar listo 6 semanas. La diseñadora Helen Rose, que trabajaba para la productora MGM, fue la encargada de confeccionar la pieza creada a partir de seda, encaje y perlas.
Yoko Ono, por su parte, eligió un vestido blanco corto con falda de grandes jaretas para casarse con el músico John Lennon. Combinaba la prenda con zapatillas blancas y calcetines altos del mismo color. Ono y Lennon contrajeron matrimonio en 1969.
La duquesa de Cambridge
Kate Middleton apostó por un traje clásico
, en colores marfil y blanco, con chantilly y escote corazón. La voluminosa falda del vestido de Middleton, repleta de flores de seda, continua en una cola de tres metros. El vestido es obra de Sarah Burton, la directora creativa de McQueen.
La actriz
Elizabeth Taylor se casó por quinta vez con un sencillo vestido amarillo de chifón de Irene Sharaff, la diseñadora de vestuario del filme
Cleopatra. Un enorme broche de Bulgari, regalo de pedida, y un sorprendente tocado de flores XXL cerraban su original
look.
Tras dejar a Ava Gardner, Frank Sinatra se casó en 1961 con una jovencísima
Mia Farrow, con la que se llevaba 30 años. La actriz llevó un traje de dos piezas muy al gusto de los
mods de la época, de diseñador desconocido: discreto, divertido y muy elegante.
El rey del
rock y
Priscilla Beaulieu contrajeron matrimonio en 1967, a pesar de que ella era menor de edad. El diseño de Beaulieu, muy influyente en su generación, fue diseñado y confeccionado por ella misma.
Bianca Jagger se decantó para su boda con el líder de los Stones por un traje de dos piezas de Tommy Nutter, un sastre de Saville Row que había confeccionado ropa para el cuarteto inglés. De chaqueta y falda hasta los pies, con una enorme pamela decorada con flores. El enlace de la pareja tuvo lugar en Saint Tropez, en 1971.
El vestido que
Diana de Gales lució en su boda con el heredero de la corona inglesa ha pasado a la historia por ser una buena muestra del barroquismo y los excesos del momento. Era de estilo romántico, en seda color marfil, y su cola medía 25 metros. Lo idearon los diseñadores David y Elizabeth Emanuel.
En 1969 la actriz
Audrey Hepburn se casaba por segunda vez, con Andrea Dotti, un psiquiatra italiano. En la ceremonia civil, Hepburn lució un mini vestido rosa de puños afarolados y cuello asimétrico de su amigo Hubert de Givenchy.
Para su boda con Beltrán Gómez Acebo, en el año 2004,
Laura Ponte confió en el diseñador español Miguel Palacio. La colocación del velo marcó tendencia y durante mucho tiempo cientos de novias españolas se inspiraron en la modelo para pasar por el altar.
A medio camino entre el
hippy chic y los años 20, el traje de novia de John Galliano que lució
Kate Moss en su enlace con Jamie Hince es de formas ondulantes, apoyado en las capas de gasa decoradas con
estrás y lentejuelas doradas.
El vestido que
Margherita Missoni llevó el día de su boda, de seda y organza, lo firma Giambatista Valli. Los espectaculares detalles de flores a lo largo del escote y cuerpo y las amplísimas y originales mangas murciélago con recogidos abullonados a la altura de los hombros son marca del diseñador romano.
Cierra el ranking el Alta Costura de Chanel que la actriz
Anna Mouglalis lució el día de su enlace, y los pantalones de cuero que iban debajo de este.
Como ves, el novio, o la novia, y el par de testigos no bastan.
Alejandro Bernad –
@alejandrobernad
Imágenes: Pinterest
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