La mejor parte del invierno es poder llevar capas y capas de ropa. Y los abrigos. Amplios y cálidos, y tan agradecidos... Esta temporada, además, exploran todas las tendencias posibles. Porque una prenda exterior debe dar –mucho- juego. Hay abundantes abrigos perfectos, demasiados, y es difícil no perderse entre tanta tentación. ¿Un plumas? ¿de pelo sintético? ¿la clásica parka? ¿o tal vez uno en vinilo, por eso de la originalidad…?
Looks pertenecientes a las colecciones otoño-invierno 2017 de Proenza Schouler, Calvin Klein y Lacoste.
Diseñadores y marcas low cost se han sumado al uso de pieles artificiales, apostando por un producto que respeta a los animales. Los abrigos plumíferos en clave futurista también están en boga. Exageradamente acolchados, en tejidos tecnológicos y colores metalizados. ¿Replicantes de sport en la calle? Sí, sí, sí.
Looks pertenecientes a las colecciones otoño-invierno 2017 de Simone Roche, Calvin Klein y JW Anderson.
La prenda más importante del armario de invierno debe responder máxime al corte y la calidad del material. Aunque el charol y los plásticos hayan tomado las últimas pasarelas con garra –¡y gracias!-, el clásico abrigo camel de corte masculino en lana o algodón es imperecedero. Infalible, de hecho. Combina a las mil maravillas. Una prenda versátil es siempre una inversión eficaz. El tartán es el estampado oficial de estas fechas. En quid tradicional; en gabardinas y pellizas. Las parkas siguen vigentes. A su favor: son funcionales y todoterreno. Además, tienen un aire chicazo y marcial interesantísimo.
Looks pertenecientes a las colecciones otoño-invierno 2017 de Sies Marjan, Rosie Assoulin y Burberry.
Este año, como ves, es difícil rehuir de las alternativas arriesgadas. Los abrigos abren su paleta más que nunca, a todos los colores; desde los tonos pastel a los intensos rojos o mostazas, así como a diferentes texturas, siluetas y largos. Tipo sastre; rectos y con botonaduras; estilo batín; con solapones; de mangas voluminosas y hombros caídos; en corte capa… Tu abrigo ideal, ¿no existe? Permítenos dudarlo.

 

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Alejandro Bernad – @alejandrobernad Imágenes: cortesía de las firmas y agencias

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