Vivir una sociedad sostenible es un ejercicio holístico. Es una concepción basada en la integridad global frente a una situación, en este caso, frente a la industria de la moda. Por cierto, una de las más contaminantes y esclavizadoras que existen. Por eso, hoy hablamos de uno de los conceptos más nuevos (e importantes) de la industria: el ethical living. Cada vez es más el conocimiento que se tiene sobre la industria de la moda, el fast fashion, la explotación infantil, etcétera. Nuestros hábitos son muy importantes a la hora de elegir cómo queremos vivir. Por eso ya son muchas las marcas, tanto de lujo como low cost, que están apostando por la sostenibilidad en sus prendas. Gucci y su nuevo programa Equilibrium, la ejemplar Stella McCartney, Oysho y su colección Join Live, incluso marcas de belleza. Fabricar con materiales reciclados, orgánicos, biodegradables, y potenciar el consumo slow se está convirtiendo en un valor añadido al que las marcas recurren para su producción e imagen ante una sociedad más concienciada. Pero, además de ser respetuoso con el medio ambiente, es importante serlo con la sociedad. Es decir, ser éticos. De aquí el concepto ethical living o ‘vida ética’. Esta corriente cree en la filosofía de tomar decisiones a la hora de comprar teniendo en cuenta la ética y los principios morales. Es decir, valorando una justicia que no provoque desigualdades, un comercio responsable y una producción equitativa. ¿Dónde se fabrican los textiles? ¿Cuánto cobran los trabajadores para hacer las prendas?¿Son aceptables sus condiciones de trabajo?¿Apoyan a sus comunidades locales? Estas son algunas de las preguntas que deberíamos hacernos antes de comprar (o vender) si queremos fomentar el ethical living. Vestir con moda responsable es apostar por marcas, prendas y tejidos fabricados localmente por trabajadores con unas condiciones laborales dignas y siempre mediante procesos artesanos. El resultado: calidad y impulsión del comercio local. Es aquí donde entran las nuevas generaciones. Gran parte de los millenials (entre los cuales me incluyo), buscamos en la moda aquello que los llamados influencers nos recomiendan. Compramos a través de redes sociales como ‘21 buttons’, nos inspiramos a través de redes sociales, decidimos donde ir a comer o a cenar a través de redes sociales…Incluso exponemos y compartimos nuestras vidas en ellas. Es cierto que nos guiamos por aquello que vemos a través de estas plataformas, pero siempre lo hacemos con criterio. Buscamos consumir aquello que nos transmite, que estimula y conecta con nuestras emociones. Valoramos aquello que nos despierta interés y curiosidad. Ya sea porque es auténtico, diferente, innovador o porque simplemente responde a nuestras demandas. Representamos el cambio, también en el tipo de consumidor. Por eso somos el futuro de ese mercado tan variante e inestable llamado moda. La generación millenial estamos dispuestos a invertir más tiempo y consecuentemente, más dinero en marcas que apoyen el ethical living. Porque nos gustan las corrientes y más si contribuyen a implantar valores en una sociedad dispuesta a consumir de forma más consciente. No es misión imposible. Sólo hace falta que, tanto servicio como cliente, tomen una actitud responsable y ética ante la moda y…¡a disfrutar de ella!
Anna Alarcón - @_annalarcon Imágenes: Cortesía de las marcas
También te puede interesar