Desde que el 28 de enero de este año, Gucci anunciase a Sabato de Sarno como su nuevo director creativo, todo han sido especulaciones acerca de cómo sería la primera colección del de Nápoles en la Semana de la Moda de Milán, pues suceder a una figura de la talla de Alessandro Michele no es tarea fácil...

El diseñador consiguió poner en boca de todos a la marca a través de sus diseños bohemios y extravagantes, desfiles cargados de emoción y significado, y una maravillosa visión personal sobre cómo los mundos de la moda, el arte y la música, están completamente entrelazados, inspirándose los unos a los otros. Así, pese a “competir” contra su predecesor, la emoción y esperanza por transportar a Gucci a una nueva era -igual de influyente y trasgresora- de la mano de De Sarno, eran más que tangibles.

Este comenzó su carrera en Prada en 2005, pasando después a formar parte de Dolce&Gabbana, para finalmente acabar siendo director de moda, supervisando las colecciones de hombre y mujer, en Valentino, de la mano del admirado y artífice del éxito de la marca en los últimos años Pierpaolo Piccioli.

Ahora bien, el 5 de agosto, de una forma estratégica y sin que fuese seguido por la cuenta oficial de Gucci, de Sarno publicaba en su Instagram un esbozo de su visión para una primera colección que prometía ser el plato principal y más esperado de esta edición de la MFW. La foto de la campaña constituía una gran cantidad de piezas del pasado del brand que, juntas, prometían crear algo inesperadamente nuevo.

La modelo protagonista era Daria Werbowy, referente de Celine en su anhelada época con Phoebe Philo en un imagen que bien recuerda al Gucci de Tom Ford (que incluso la marca decidió cancelar de su archivo). Mientras, la fotografía está tomada en Los Ángeles -lugar de culto por excelencia para Alessandro Michele-, por David Sims, genio inglés de la fotografía de los años 90.

Así, la complejidad de significados entrecruzados prometía una visión y resultado más que interesantes, y el mundo de la moda pasó a esperar -si era posible en ese momento y con aún más emoción- el debut del diseñador. 

Días antes del show, todo el aparato propagandístico de la marca estaba ya en marcha y, siguiendo la estrategia de Balenciaga, el Instagram del brand amanecía vacío. Desde ese momento, imágenes de la campaña que Sarno había anunciado casi un mes antes, se mostraron al público en general y, junto a estas imágenes, aparecía un cuidado, a la par que limpió y bellísimo, modo de decorar las calles de Milán con el lema de la colección: ANCORA.

El haber escogido Milán como ciudad a la que dedicar su presentación nos plantea dudas, ya que las raíces de Gucci no se asientan en esta ciudad, ni ha sido un lugar que haya contribuido de forma excepcional en el crecimiento de la marca (como por el contrario sí que ha sucedido con otras como Armani o Prada)... Pero volvamos a la palabra que describe la colección: Gucci Ancora. ¿Qué quiere decir esto? Según el comunicado del nuevo director creativo, es una historia de vida, pasión, emoción, de palabras en el arte, de algo completamente libre y lleno de euforia. Es una historia de música, noches fuera, cantar y bailar. De familia y besos. Muchos besos. “It’s a story of everything, again”.

Cristiano Malgioglio, cantante y compositor italiano, escribía 'Ancora, ancora, ancora' para Mina, una de las canciones más amadas en Italia, donde recibía una llamada de su ex, que de una forma más que dramática preguntaba: “Mi ami? Dimmelo ancora?” El vídeo, extremadamente sensual, fue censurado. Hablaba de dolor y placer, un placer que provoca que los órganos exploten y te falte incluso el aire para respirar. Precisamente esta explosión de sentimientos era lo que muchos esperaban de Ancora, sin embargo, la colección ha dividido a críticos de la moda.

Por un lado, cuidadosamente realizada, recupera las líneas sartoriales de la firma mediante un diseño impecable de sus chaquetas y abrigos, 100% reconocible para los amantes de la moda y que no tiene nada que envidiar a los cortes que encontramos en las piezas de Saint Laurent, Chanel o McQueen. La paleta de colores, tenue, se acompañaba de ligeros toque de color, con el granate que acompañaba la promoción del desfile desde el inicio y un verde neón que no dejó a nadie indiferente.

En cuanto a estampados, encontramos el clásico monograma GG, que apareció en monos cortos y en un minivestido sin mangas de charol y corte A. Los bolsos de archivo y nuevos modelos de zapatos con suela XXL, aparecían bordados de cristales y brillantes flecos, eso sí, usados con moderación.

Por otro lado, Internet se ha llenado de comentarios haciendo referencia a la poca emoción y valentía de este trabajo y, más que eso, lo han comparado con estilos claramente marcados en las colecciones de Prada y Valentino, llevadas a una simplicidad que Zara lleva replicando con bastante éxito las últimas estaciones...

Ahora bien, si algo tenemos claro es que De Sarno pretende hablar de craftmanship y de italianidad, y este es un concepto que en Vanidad no nos puede gustar más. Tal vez solo le hace falta un poco más de tiempo para desarrollar una visión que sea igual de fuerte que la de su predecesor, que permita hacernos soñar una vez más, que nos haga enamorarnos de Gucci, ancora. 

 

Ana González: @anaaaaglez

Imágenes: Cortesía de la firma

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