Si hay algo que nos gusta, son los desfiles que sorprenden, que nos dejan con la boca abierta o con incredulidad en los ojos. Por ello, hoy os traemos un pequeño recap de nuestros favoritos porque, ¡estos días hemos visto casi de todo!
Desde los debuts más esperados de la temporada, hasta las estrategias más virales a través de colores, pasando por el lujo más exclusivo… ¡Sigue leyendo para descubrir todos los detalles de los shows sobre los que todo el mundo sigue hablando!
Todos los desfiles de la PFW sobre los que no podemos dejar de hablar
El renacer de Chloé
Pocos desfiles son tan esperados como los que suponen el debut de un nuevo diseñador para una casa de moda, y más si esta es tan icónica como Chloé. Con esta premisa, no podíamos sino comentar el primer show de Chemena Kamali, que ha supuesto un claro renacimiento del brand con un estilo y energía que ha cautivado París y que promete dar mucho que hablar a partir de ahora.
Kamali, con un conocimiento extenso de la historia de la marca (pues trabajó en ella como diseñadora junior en la década de los 2000), ha capturado a la perfección la esencia femenina y espontánea que es la base de la filosofía de Chloé. Así, para esta colección, de nombre «Intuition», y que en palabras de la diseñadora hace referencia a cómo la moda te hace sentir y cómo quieres sentirte, refleja una rica herencia a través de cuidados detalles en cada prenda. La ligereza y movimiento de cada una de ellas creó un preciso balance entre lo clásico y lo contemporáneo, entre un homenaje a los años de Karl Lagerfeld para la marca y una visión inspiradora basada en la practicidad y el romanticismo del presente.
Volantes bohemios, vestidos largos de gasa que actuaban como vestidos e incluso capas, incontables accesorios, delicadas transparencias y encaje, zuecos con plataforma o los pantalones acampanados más cool. Esta fue la propuesta de una de las colecciones más comentadas de la Fashion Week de París.
Comentada por una moda y estilo que todos echábamos de menos -incluso sin darnos cuenta- y por dejarnos uno de los momentos más tiernos y virales de los últimos años: el hijo de Kamali saltando a los brazos de su madre al final del desfile entre aplausos de todos los asistentes. Escena genuina y tierna que, hablando de una industria que tantas veces es comentada como frívola y superficial, nos recuerda la parte humana (la parte más importante, de hecho) que hay detrás de ella.
Del «todo al rosa» al «todo al negro» de Valentino
Todos aquellos que creen que el negro es un color aburrido, echad un vistazo a la propuesta de Pierpaolo Piccioli para Valentino. Y es que la colección «Le noir» redefinió la profundidad y riqueza de un tono aparentemente simple que despertó toda una sinfonía de contrastes.
No es la primera vez que la Maison apuesta por la obsesión cromática, pues ya en su desfile de Otoño/Invierno 2022 presentó un tono fucsia que supuso el inicio de una de las tendencias más seguidas de los últimos años. Pero la idea detrás de este concepto va más allá de la viralidad, -aunque acabó siendo una base importante de la estética para todas las marcas que se sumaron a ella-, ya que en palabras del director creativo de Valentino, el enfoque extremo sobre un color permite dar visibilidad a otras cosas. Como si cada detalle de cada prenda, cobrase vida y revelase una historia única y diferente.
Minivestidos, transparencias y un precioso juego de volúmenes con inspiración de los años 50 y los años 80, hacía juego con los labios color negro y eyeliner enigmático de las modelos.
La pasarela recalcaba la riqueza de los materiales, poniendo únicamente el foco en ellos, sin ningún otro tipo de despiste y adorno alrededor. Y fue precisamente esta la razón por la que fueron muchos los que han descrito esta colección como la redefinición más bonita del color que, por excelencia, se relaciona con la sobriedad. Porque gracias a Valentino, el negro ha pasado de la tristeza y simplicidad aburrida, ¡a ser toda una rebelión al romance!
El debut de Sean McGirr
El segundo debut de la PFW vino de la mano de Alexander McQueen, que daba la bienvenida a su nuevo director creativo, Sean McGirr, tras el reinado de Sarah Burton que duró más de 10 años. Tras la despedida de la reina, todos los seguidores de la Maison esperaban con ansias la primera colección y dirección hacia la cual apostaría el nuevo diseñador, que ya había trabajado junto a JW Anderson y Dries Van Noten. Nada mal como carta de presentación, ¿verdad?
Aunque si bien pudimos observar una mezcla de conceptos e ideas entrelazándose las unas con las otras, todas las prendas transmitían un cierto misterio, desde los hombros puntiagudos hasta los cuellos que cubrían parte de la cara, pasando por las siluetas amplias con estampado animal. Todo muy acorde a la descripción de la colección que hablaba de una opulencia tosca que revela el animal interior y a la fascinación del nuevo diseñador por las fotografías de paparazzis de Kate Moss y Amy Winehouse en los años 90, luciendo piezas icónicas de la marca.
Ahora bien, no sabemos si todo fue tan acorde al legado y archivo de McQueen, y es que aunque McGirr citó su colección de primavera de 1995 como base de su inspiración (y ciertamente hay varias señas de esta, sobre todo en los abrigos largos y jerséis gruesos), fueron muchos los que comentaron la ausencia de esta energía, de la identidad del brand como tal.
Posiblemente el desfile más esperado de la Paris Fashion Week nos dejó una sensación extraña; contamos a partes iguales enamorados de esta nueva dirección como reticentes al nuevo reino... Nosotros no queremos mojarnos aún, pues preferimos esperar a ver posteriores colecciones para entender qué mensaje transmitirá McGirr... Por el momento, ¿a vosotros qué os pareció este primer desfile?
La elegancia analógica de The Row
Las gemelas Olsen se han convertido, en los últimos años, en uno de los mejores ejemplos de lo que es el lujo silencioso, y a veces el no tan silencioso... Y es que su último desfile ha provocado de todo, menos silencio, en la industria de la moda.
Aquellos afortunados -y en este caso AFORTUNADOS en mayúscula, que pudieron asistir al desfile-, fueron los únicos que vieron en primicia el espectáculo de prendas que parece ir siempre por delante. En las invitaciones se pedía expresamente no utilizar el teléfono móvil para sacar fotos, pero para recordar lo que era el ambiente pre-digital, sí que se proporcionó a los asistentes papel y lápiz. Asimismo, las fotos realizadas en el momento no eran instantáneas, sino analógicas, razón por la cual tardaron un tiempo en cobrar vida, evitando estropear esa magia con spoilers en redes sociales.
La comodidad de gran tamaño de la mano de abrigos que cortan la respiración, la inspiración masculina pero a su vez tan femenina en sí, combinando figuras con cortes más lineares con detalles y adornos y facilidad con la que algunas prendas parecían descansar sobre otras, hicieron evidente un show cuyo principal objetivo no era otro que el de disfrutar y apreciar la moda.
Una clase magistral de estilo fuera de las pantallas, así podemos definir la apuesta de The Row, marca chic por excelencia que si bien en sus inicios no entró por la puerta grande del sector, ahora puede presumir con la cabeza bien alta de cómo sus historias contadas a través de calidad y texturas se han ganado el respeto no solo de París, sino de toda la industria.
Una colaboración de ciencia ficción
Coperni es el claro ejemplo de cómo la fusión entre tecnología y moda da lugar a momentos icónicos. Incluso a más que eso, a prendas súper especiales y dignas de estar en un cualquier museo. Seguramente estés pensando en Bella Hadid siendo el maniquí de la marca mientras esta construía en directo un vestido sobre su piel. O en el bolso Swipe realizado en oro.
Lo que han tenido en común todos estos momentos ha sido la experimentación en materiales, la cual no se ha conformado con crear simplemente un un nuevo tejido de vanguardia, sino en desconcertar a todos aquellos que nunca se habían ni siquiera planteado poder realizar un accesorio como un bolso, en mármol o cristal.
El icónico bolso Swipe de la marca suele ser el objeto elegido sobre el que hacer los experimentos y después de nuestro spoiler hablando sobre una colaboración de ciencia ficción, seguro que te vienen varias ideas a la cabeza.
No, no es la primera vez que este mismo concepto inspira a la marca ya que el año pasado pudimos ver este modelo hecho con un trozo de meteorito que, según la casa de moda, llegó a la Tierra hace 55.000 años. Ahora bien, si esto no consiguió impresionar a los más exigentes, su nueva propuesta seguro que lo hace.
De la mano de la NASA, Coperni ha desarrollado un bolso hecho de aire. Concretamente de un 99% aire y un 1% vidrio. Sébastien Meyer y Arnaud Vaillant descubrieron el aerogel, material a base de silicio utilizado por la NASA para capturar polvo de estrellas, 1.000 veces menos denso que el vidrio. Y, efectivamente, el resultado fue un bolso de aspecto etéreo y de tan solo 30 gramos de peso, convertido ¡en el objeto de mayor tamaño realizado con este material hasta el momento¡
Más allá de lo increíble que ha resultado, las redes sociales se han inundado de preguntas sobre la utilidad de un objeto hecho de aire o el precio que un bolso así puede tener. ¿A vosotros qué os parece?
Ana González: @anaaaaglez
Imágenes: Cortesía de las firmas