Barry B llega a ser de Brighton en los 2000 y habría montado un grupo de rock con dresscode de Stone Island... Siempre con su pareja en boca, define el amor como un impulso enorme a todas sus virtudes y así lo plasma en todas sus canciones, incluido en la que trabaja mano a mano con ella (Gara Durán).
Sin embargo, y aunque esté destinado al éxito, el artista, ya instalado en Madrid, prefiere mantenerse discreto, haciendo lo que le gusta y disfrutando con su círculo antes de forzar cualquier bombazo si no es orgánico.
Desde el featuring de Carolina Durante a un análisis de la efimeridad de la música hoy en día, Barry B nos brinda una de las mejores entrevistas que hemos tenido en Vanidad. ¡No te la pierdas!
BARRY B: «Lo que hay ahora es puro mainstream alocado»
¿Cómo llevas estas semanas previas al lanzamiento del proyecto?
Casi no me ha dado tiempo a estar nervioso porque estamos preparando el bolo, grabando como va a ser toda la movida, los tempos, las guitarras… Todas esas «chorraditas» las vas hablando todos los días pero, luego, cuando me paro a pensar, me emociono, me pongo nervioso. Es una alegría, también cansancio, pero un buen cansancio.
¿Cómo fue el proceso de hacer «CHATO» y decidir qué canciones entraban o se quedaban fuera?
El año pasado me junte con Tuiste, Mayo, Drummie y Sam Gold e hicimos 13 demos. Seguimos con 6 o 7 y el resto en casa, metiendo caña si me gustaba como quedaban, y si no las descartaba.
¿Te gusta más estar en el estudio de tu casa?
Mazo. Estar en mi casa me permite poder probar 50 cosas sin estar agobiando a un productor. Al final, si te sabes manejar con el Fl, entre eso y la guitarra, no te hace falta nada más para poder hacer un tema.
Parte importante también ha sido mi novia, Gara. Convivir con una persona que pilota tanto de música te aporta mucho. Ella también está haciendo su proyecto y creo que le va a ir increíble porque es buenísima.
Me ha dado una perspectiva diferente también a la hora de hacer toplining y dar una oportunidad a artistas a los que yo nunca me había parado a escuchar con tanta pasión, como Michael Jackson o Bon Iver.
¿Cuál es el concepto del disco y cómo fue el proceso creativo de darte cuenta de que querías tirar por esa rama?
La estética inglesa siempre me ha gustado, aunque solo hay un par de canciones así de hooligans. Los grupos ingleses son lo que más escucho, guitarras super agudas, todo mega picante y algo que te levante del sitio, aunque también me gusta mucho el folk americano. Por eso todo gira en torno a eso.
No tiene ninguna etiqueta de concepto, eso se lo dejamos a los críticos. Yo me levanto, hago la canción que me sale y, si me gusta, la meto dentro.
¿Qué personas dirías que fueron imprescindibles en la articulación del proyecto?
En primer lugar, mi familia, por haberme enseñado a los grupos que ahora conozco, Cris Moirón, Cristian, mi manager, y Jean Lafleur, que es el que ha hecho todos los videos y la portada, reflejando perfectamente mi actitud.
En el disco hay un feat con Carolina Durante. ¿Cómo elegiste las colaboraciones del proyecto?
Es curioso porque ellos no hacen featurings con nadie, pero consideraron que la canción era buena y merecía el respeto suficiente como para entrar, y entraron. Estuvieron dentro de la canción porque les moló y me concedieron el feat. Es la hostia porque es de estas cosas que salen de manera espontánea.
Imagínate que no conocieras a Donald Trump (ojalá no conocerle nunca), estuvieras hablándole y te acabases llevando bien con él, o con Obama, por poner un ejemplo, y luego te dieras cuenta de que es un pavo super importante. Eso es lo que me pasó a mí con ellos.
Está bien que sea algo orgánico... En la industria ya hay demasiada cosa forzada, ¿no?
Sí, es como si yo ahora mismo a Juan (Ralphie Choo) le insistiese para salir en el disco. Prefiero no insistir y que siga siendo mi colega y poder ir a cenar un día con él antes que estar probando mil cosas y acabar hasta las narices el uno del otro.
A día de hoy es importante tener un buen featuring y estoy contento de poder tenerlos con gente como Carolina Durante, pero si te centras más en el feat que en componerlo y darle valor a esa música, acaba siendo efímero.
Bueno, muchos artistas casan con esto que dices y valoran más la instantaneidad que el arte en sí.
Hay artistas que, aunque tengan un millón de oyentes mensuales, han creado una generación. Black Sabbath, entre otros, eran tíos que estaban todo el día creando música en un local de ensayo e iban todo el rato mejorando hasta conseguir algo único.
Es como tu padre poniéndote Manu Chao en el coche, está generando algo en ti, ¿sabes? Lo que hay ahora es puro mainstream alocado. Estoy totalmente seguro de que van a volver las bandas y me da pena que haya gente que esté escuchando lo que es una banda por primera vez con las de ahora, porque no tienen nada que ver con las de los 80.
¿Ayuda mucho a esta tendencia que todos los recursos estén a la mano de cualquiera?
Totalmente. En parte, por eso, cada vez que intento hacer una canción, busco hacerla totalmente imperfecta. Que se note el rasgo de la guitarra, que se note todo el ruido, porque eso no lo va a conseguir una IA.
Aprovechando que nos mencionas los grupos de los 80, ¿cuáles han sido los que más te han marcado?
Oasis, que a nivel cultural generaron algo muy fuerte en mí; The Killers, que me marcaron mucho en su época con su primer disco, y también Johnny Cash, un cantante de country americano.
¿Cuál fue tu primer feeling después de oír «CHATO» cuando lo terminaste?
Me quedo con la primera vez que escuché las canciones masterizadas y me gustó. No me toco las narices ni me produjo el típico TOC. Los artistas tenemos que ser perfeccionistas, pero también hay que saber parar. Cuando algo brilla un poco, hay que saber parar a tiempo para que, al pulirlo tanto, no lo pierda.
De cara a la gira, ¿piensas hacer un tour a lo grande o solo Barcelona y Madrid?
Sí, hay muchas fechas, aparte de festivales. ¡Me pone muy contento, la verdad!
A propósito, ¿eres más de festivales o de salas? ¿Y de bolos o de estudio?
Cuando un bolo de sala está lleno y la peña está contigo, es la hostia, me da la vida entera, así que prefiero el directo siempre.
El momento estudio cuando estoy creando en casa, solo, es un momento de conexión interna que está guay, pero el momento en el que hay no sé cuántas personas coreando tu canción, es como cuando Goku hace la Genkidama, hay un feeling brutal. De repente todo esto de Instagram, de ser un individuo solo, pasa a un sentimiento de comunidad, de todos metidos ahí contigo.
¿Qué viene después de «CHATO»?
Yo estudié y no me metí hasta los 27 años con la música. Tenía un grupo de punk que dejé y, de repente, me di cuenta de que no me llenaba estar en la oficina 8 horas teniendo en la cabeza lo que tengo, así que no voy a parar. Todos los días hago demos, me salen como churros, y necesito hacerlo porque me da la vida y me saca de lo cotidiano.
También me molaría meterme en rollito acting en películas o series...