El nuevo asalto de Tom Ford
La moda tiene muchos niños mimados. Editoras galácticas que visten alta costura para ir a trabajar, celebrities que catapultan al estrellato a un diseñador en la veintena con tan sólo un par de apariciones públicas... muchas son las bonanzas que pueden convertir a un joven Alexander Wang de cero parsoniano a héroe de masas, o triplicar un emporio textil en 2 años como el de Proenza Schouler. Pero ninguna de estas descripciones se acercan a él, al mismísimo Tom, que se aleja cada día más de los estereotipos de firmas alimentadas de clippings de actrices o que masifican sus desfiles hacia lo virtual. ¿Porqué podríamos decir que es una especie de rey soberano? Tom Ford organiza un desfile privado, con poco menos de 80 invitados, y no permite la publicación de ninguna foto hasta el inicio oficial de la temporada. No insiste, no muere por el protagonismo absoluto, pero es ese talante el que le funciona de imán de atracción por parte de todos (y absolutamente todos) los súbditos del reino. Por eso podríamos aventurarnos a que su máxima democratización de la moda no es otra que la de su fragancia. Es decir, puede que nunca pises uno de sus desfiles, puede que nunca te haga un traje a medida, pero sí te concede el honor de que huelas exactamente como él quiere que lo hagas.
Y por eso, vemos a Lara Stone protagonizando la campaña de su nuevo perfume "Violet Blonde" porque sinceramente, ¿quién podría superarla? Met & Marcus firman unas hedonistas instantáneas que darán continuación a otras 2 fragancias, "Santal Blush" y "Jasmine Rouge".
Por Mario Ximénez
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