La puesta a punto de los pies a la cabeza finaliza con el esmaltado de las uñas. Generalmente un tono al son de la vestimenta es la guinda que corona el pastel en cualquier outfit. Sea cual sea la ocasión, las uñas tienen el protagonismo suficiente que merecen. Un símbolo de feminidad que hasta ahora ha recorrido un largo camino pero que, en la época del "todo vale", se lleva a su máximo extremo. Si estábamos acostumbrados a ver uñas de todos los colores sin ir más allá, la extravagancia llega a la punta de nuestros dedos transformando lo que era un simple toque de elegancia en verdaderas obras de arte.
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Y es que cada vez es más normal ver manicuras cargadas de excentricidad en todos sus sentidos. Piercings, piedras, terciopelo y hasta el mismísimo Guernica son algunos de los adornos más curiosos (a la vez que incómodos) que cubren las manicuras del momento.
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La infinidad de opciones a la hora de personalizarlas nos deja manicuras que podrían formar parte de las mismísimas siete maravillas. Personalizar tus manos con la película que marcó tu infancia o el personaje de tu videojuego favorito ahora es posible.
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En el arte de la decoración de uñas, la comodidad brilla por su ausencia, sobretodo cuando se pasa la barrera del simple esmaltado y se apuesta por accesorios imposibles, que harán nuestras tareas más complicadas pero siempre con la sofisticación más atractiva.
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Por Patricia Navarro