Porque prefigurar el futuro y superar barreras físicas o sociales. Ése ha sido el objetivo de la arquitectura de Norman Foster. Un trabajo que ha trascendido límites y ha conseguido repercusión y reconocimiento mundial.
La exposición incide a través de más de 30 maquetas, 160 dibujos y varios audiovisuales, en algunas cuestiones menos reivindicadas pero igualmente trascendentales dentro de la prolífica carrera de Norman Foster.
Por ejemplo, la sensibilidad social que ha guiado muchos de sus trabajos; el diálogo entre tradición y modernidad; la reflexión acerca de la sostenibilidad y la vida en nuestras ciudades, el papel de la innovación y la tecnología, etc.
En palabras del mismo Foster, la muestra "es una mirada al futuro. Pero sin dejar de mirar al pasado remoto, una visión que nos da continuidad. Muestra el otro lado de los proyectos que me motivan. Aquellos más pequeños que pueden marcar una gran diferencia. En los que la tecnología y el imperativo social contribuyen a fines sociales como la mejora del cambio climático, la igualdad, el bienestar social... Son temas recurrentes a lo largo de mi carrera, que tienen continuidad hoy".
La muestra se exhibe en doce capillas con una nave central. Zona que ocupan un conjunto de máquinas al servicio del movimiento, – desde el planeador a la cápsula espacial – que son a la vez inspiración para estas arquitecturas livianas y emblema de un mundo acelerado en cambio permanente.
En las capillas adyacentes, la muestra se estructura relacionando pasado y futuro en constante cambio. Por ejemplo, el futuro del pasado se ilustra relacionando su trabajo en las míticas bodegas Château Margaux con sus primeros dibujos de estudiante de arquitectura. Así como comparando su actual proyecto para la ampliación del Museo del Prado con el Carré d’Art que completó hace un cuarto de siglo en Nîmes.
Por su parte, los futuros de la forma y la función arquitectónica vinculan la reciente sede de la compañía Bloomberg en Londres con la que construyó para Willis Faber & Dumas hace 40 años. O la nueva Casa de Gobierno en Buenos Aires con el renovador Sainsbury Centre, que en su día transformó la percepción de los espacios del arte.
Además, en la muestra se exhiben maquetas como la nueva sede de Apple en Cupertino. O un proyecto de habitáculos en la Luna. Todos ellos, ejemplos que buscan conciliar tradición y modernidad a través de la inspiración en proyectos pasados que otorgan continuidad a su trayectoria.
Una trayectoria marcada por la inteligencia urbana, la capacidad transformadora, la excelencia estética y, por supuesto, la innovación tecnológica.
Porque las propuestas de Foster estimulan el empeño por hacer nuestras ciudades más habitables. Todo ello bajo el signo de la sensibilidad social, de la apertura al cambio y de la innovación.
Redacción Vanidad – @vanidad Imágenes: cortesía de Espacio Fundación Telefónica
