Hay quienes optamos por un perfume para el día a día, otro para por la noche y uno en concreto para ocasiones especiales. A veces utilizamos el mismo durante una larga temporada y otras cambiamos cuando llega el verano. Y es que una fragancia es capaz de darnos identidad, sofisticación… incluso de recordarnos personas, momentos y lugares de una época pasada. También denota nuestro estado de ánimo: nos hace sentir segurxs, alegres o empoderadxs. Además de resultar el arma definitiva para nuestra primera cita o el regalo perfecto para quien más queremos...

Por todo ello, es necesario elegir el perfume adecuado, un olor con el que nos sentamos identificadas. Y es que una esencia se puede manifestar de distintas formas según la piel de cada persona. ¿Curioso, verdad? El caso es que la aromática se transforma según el pH, variando las características de la composición de la fragancia.

Es por eso que el mundo de los aromas es infinito, pero entre las composiciones más reconocidas nos podemos encontrar las fragancias verdes, inspiradas en el frescor de la naturaleza (bosques, hojas, hierbas), combinadas con flores y frutas que recuerdan al verano, a praderas. Muchas de ellas contienen bergamota y otros cítricos. Pasa por ejemplo como la famosa Lady Million de Paco Rabanne, que presenta notas bastante altas de naranja y frambuesa, notas medias de jazmín y notas finales de miel y pachuli. 

También podemos reconocer las fragancias orientales, que suelen ser los más codiciados. Su aroma es muy reconocible y son perfectos para llamar la atención (en el buen sentido de la palabra). Según los expertos en perfumería, durante un tiempo la fragancia Shalimar de Guerlain era el prototipo de estas fragancias. En la actualidad, podemos encontrar otras con ingredientes secretos y sensuales que combinan en su mayoría notas como la canela, el ámbar o el sándalo junto a olores más suaves o fuertes de madera. En este sentido, algunas gamas de Versace suelen combinar estos elementos, como el Pour Femme Oud Oriental o también el Oriental Soul de Angel Schlesser. 

Por último tenemos las fragancias florales, que contribuyen en un alto porcentaje a ser las más vendidas dentro de la categoría de los perfumes de mujer. Entre los ingredientes nos podemos encontrar diferentes pétalos de flores, el azahar o la gardenia, también las rosas y el jazmín. Este tipo de aroma es más dulce, más femenino. Un claro ejemplo puede ser La Vie Est Belle de Lancôme, que cuenta entre sus ingredientes con aromas a pera, lavanda, jazmín, iris y vainilla; siendo uno de los perfumes más duraderos en la piel gracias a su composición.

Pero bien es cierto que se cometen algunos errores a la hora de hacer uso de los perfumes... Rociarlo sobre la ropa es uno de los más comunes y es que no tenemos en cuenta que si el compuesto es sintético, puede alterar el aroma original. Otro clásico se produce cuando vamos de compras en busca de nuestro perfume, cuando se recomienda no probar más de tres olores ya que el olfato se puede ver saturado. Lo ideal es probarlo en la muñeca y dejar que la piel lo respire (¡alto! sin frotar junto a la otra muñeca) durante unos minutos para que la fragancia suelte su verdadero aroma.  

Después de estas lecciones ya puedes decir que eres todx un expertx en lo que a perfumes se refiere... Ahora aprovecha que San Valentín está a la vuelta de la esquina ¡y ponlos en práctica!

Redacción Vanidad

Imágenes: Giphy y cortesía de las firmas