Cosas que Carrie Bradshaw no debería rescatar de los ochenta
Agárrate que vienen curvas. O mejor dicho, que viene Carrie. Si ya nos estábamos despidiendo del furor ochentero que supuso la década de los 2000 y nos preparábamos para olvidar colores y complementos propios del estilista más kitsch, vuelve la protagonista de "Sexo en Nueva York" para narranos en una serie de televisión su juventud en los 80. Se trata de "The Carrie Diaries", precuela de la imponente serie, que se estrenará en enero de 2013.
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Como somos conscientes de cómo funcionan estas cosas, sabemos que más de uno y una, al ver los modelos de los adolescentes que aparecerán en la serie, tendrán ganas de ponérselos y salir a la calle. Por ello, seleccionamos los cinco complementos por los que rezamos que Carrie no rescate en su serie y que, por favor, no vuelvan a la calle.
Las hombreras. Muchos seguimos traumatizados con el interminable uso de las hombreras que se dio durante la década de los 80 y principios de los 90. Incluso intentaron, sin éxito, volver a finales de los 2000. Es hora de aceptarlo, las hombreras tuvieron su momento y no deben volver a nuestro armario. Hacen una espalda muy ancha, propia de una guerrera, y ni siquiera son ya divertidas. Melanie Griffith puede descansar tranquila,"Armas de mujer" nos hace recordar cada año por qué no han de regresar.
El chándal de Tactel. Que no te engañe ver a grupos tan cool como “The Knife” luciendo chándals de la marca Tactel en sus fotos. Esta aberración que debió de quedarse en su década ha sido rescatada por alguno que otro últimamente. Pero no, ni es nerd, ni es vintage, ni es underground.
Las permanentes. Lo pillamos, el pelo rizado es muy bonito. Pero por favor, el pelo rizado natural. Jennifer Beals ya le sacó todo su jugo a la permanente en "Flashdance", así que dejémoslo ahí.
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El protagonismo del logo. Sí, tienes una camisa de Versace y estás muy orgulloso de ello. Pero no hace falta que hagas a todo el mundo consciente de ello. Presumir de la marca es demasiado llamativo, y ni siquiera es bonito. Durante los 80 los logos invadieron desde los pendientes hasta los tacones de los zapatos. Quedaba muy bien en su día con una americana de hombreras colosales, pero hoy en día ya no se necesita exacerbar tanto el estilo.
Los vaqueros desteñidos. Estos pantalones no hace mucho que se rescataron del fondo de armario, pero poco a poco han vuelto a dejar de verse. Hacen bien, porque puede que, junto con los vaqueros de cintura alta, sean el elemento que más descaradamente no ha de volver. Y es que no hay que confundir el estilo punk con la moda más hortera que nos trajeron los 80.
Manolo Blahnik que estás en los cielos, escucha nuestras plegarias. No queremos tener que volver a pasar por esto.
Por Andrés G. Menéndez