Todos sabemos que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Nos lo repiten a menudo en la televisión, en la radio, en las revistas… por todos lados se nos recuerda que no lo descuidemos. Sin embargo, el ritmo de la semana es, en ocasiones, tan acelerado, que cuesta pararse y dedicar tiempo a cargarse de energías con un buen desayuno. En la marca de productos lácteos Poncelet y en el restaurante madrileño Cheese Bar son bien conscientes de todo esto. Por eso, ahora presentan un nuevo concepto de desayuno, que quieren que sea un distintivo de su oferta. Juntos quieren que te tomes un momento para desayunar con tranquilidad y disfrutes, por un momento, de eso que tal vez ya habías olvidado: una buena alimentación al principio de la mañana. Su concepto es una especie de brunch, sin llegar a ser tal. Un desayuno lento, con gran variedad de productos tanto dulces como salados, donde –cómo no- el protagonista absoluto es el queso. Una comida agradable que aporte, a su vez, la cantidad de energía justa y necesaria para afrontar el resto de actividades diarias. Además, la carta para estos particulares desayunos tiene algo que la diferencia: es sumamente flexible. Sin grandes operaciones matemáticas, uno puede configurar qué tipo de desayuno desea y ver su precio total, que oscila entre 2 y 13 euros. El Cheese Bar lleva en funcionamiento desde hace ya un año en la calle José Abascal de Madrid, y sirve sus nuevos desayunos todos los días de 8,30 a 13h. La amplia gama de productos lácteos –leche, yogures o requesones– que se sirven en él pertenecen a la marca “La Granja Poncelet”. Andrés G. Menéndez