¡Qué comience el espectáculo! Atendiendo a la última presentación que Prada ha realizado de su colección primavera-verano 2013, queremos hacer un repaso de todos aquellos desfiles llamativos y peculiares en estos últimos tiempos. Y es que, en armonía con las prendas de la colección que se presenta, la escenografía o las localizaciones de estos desfiles (mejor dicho, performances de moda) se cargan de un imaginario que transporta a los espectadores a otros niveles sensitivos. Aquí las grandes firmas tienen algo muy claro y bien aprendido, cuanto más excéntrico y desconcertante sea el desfile, mejor grabado en la retina queda y más se hablará de él. Todo dentro de unas criterios estéticos bien pulidos, eso sí. Como un gigantesco mundo de fantasía marina teñida de blanco fue aquel desfile de Chanel en el que Florence Welch salía cantando, cual Venus, del interior de una concha, o el último de Louis Voiton en los que las modelos bajaban casi desde el cielo en escaleras mecánicas como si se tratase de una maquinaria industrial pop. Pues bien he aquí alguna de las fotos para hacer memoria. Del show más reciente del que podemos hablar es el de la casa italiana Prada, en el cual se ha podido ver a los modelos desfilar por un salón con aire ochentero por las exageradas formas geométricas y los colores primarios del mobiliario. Una sofisticada escena doméstica que recrea la vida cotidiana ideal para llevar las prendas masculinas de la colección. Aparte de las peculiares construcciones, no tenemos que olvidarnos de los recursos audiovisuales que utilizan, cada día más y con gran frecuencia. Por ejemplo este último que vemos, con el salón totalmente decorado, incorporaba además varias cámaras que grababan a los modelos desde diferentes puntos para que el público no perdiera detalle. Además de incorporar unas imágenes que hacen que los treinta minutos que puede durar un desfile sean un sueño hecho realidad. Paula Delgado