Ponte una bici y cómete la calle
La bici siempre ha estado ahí. ¿O no? A pesar de actualizar su estética constantemente, poco más se puede añadir que no tenga ya.
La bicicleta siempre ha estado ahí. ¿O no? A pesar de actualizar su estética constantemente, poco más se puede añadir que no tenga ya. Los países del norte de Europa empezaron a emplearla un día y podría decirse que hoy son el tándem inseparable. Dando cierta importancia a los innumerables efectos nocivos de los coches, ni el efecto invernadero, ni la contaminación, ni la obesidad nos alarmaron lo suficiente como para abandonar nuestro espíritu urbanita y despiadado. Hasta que la bicicleta empezó a ser cool, claro. Ahora atrae a un público que quiere sentirse moderno y alternativo, una minoría que va creciendo y encuentra en la bicicleta la solución perfecta. Tanto es así, que marcas como Lacoste o H&M -que lanzará pronto una colección inspirada en los estilismos del carril bici londinense- han sentido esa atracción por las dos ruedas y hecho una oda al espíritu hipster que representan.
kioskoymás
Reportaje por Pablo León
Fotografía por Arturo Cardoza
Resumen por Alejandro Bernad Perié
Delgada, rápida y en continuo movimiento, para que la bici te represente a ti y no al revés, cabe la opción de tunearla. Manillares XL, sillín con respaldo o reposapiés son algunos de los must en materia de ciclismo urbano. Surgieron en los años 70, cuando los latinos sin poder adquisitivo para adquirir un coche empezaron a experimentar con las bicicletas y la perspectiva cambiaría para siempre cuando algunos grandes como Scott Schuman (The Sartorialist) hablaron por primera vez del Cycle Chic. ¡Sí hasta el New Museum de Nueva York expuso una gorra ciclista de Marc Jacobs! Sea como fuere, lo importante es saber distinguir los conceptos de salud y estética. Aunque sí se complementan bien, como en este caso... ¿Quién puede resistirse?
Lee el reportaje completo de "Ponte una bici" en el número de febrero de Vanidad, ya a la venta en kioscos y en