En los clásicos de la "genética ficción" (esa rama de la ciencia ficción que cuenta lo que sucede cuando los investigadores no agitan bien la coctelera del ADN), las mutaciones son siempre el origen de fenómenos inquietantes y amenazadores: hombres que se transforman en insecto ("La mosca"), razas dictatoriales creadas en un laboratorio ("Gattaca") o dinosaurios que entran en el siglo XX como un elefante en una cacharrería ("Parque Jurásico"). Sin embargo, a veces sucede lo contrario, y las modificaciones genéticas producen efectos asombrosos; no hay que ir muy lejos para encontrarnos con la gran familia de los superhéroes, una estirpe de hombres y mujeres cuyos superpoderes (hacerse invisibles, trepar por las paredes, volar o adquirir una piel dura como el acero) hacían más fácil la vida a sus conciudadanos sin que estos lo supieran. Libros Mutantes nació como un vástago inesperado de las celebraciones oficiales con motivo del Día Internacional del Libro, y lo hizo con un firme propósito: el de dar visibilidad a proyectos editoriales que, siempre dentro de la experimentación y de la humildad de medios, estaban planteando una alternativa a la cultura más mayoritaria. Vinculada desde 2011 a La Casa Encendida, Libros Mutantes es hoy una feria editorial que cuenta con invitados internacionales y que cada año experimenta pequeñas alteraciones en su ADN con el objetivo de llevar más proyectos a un público más amplio.
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Este año tendrá lugar durante la última semana de abril, cuando La Casa Encendida se llene de puestos, pero también de conciertos, talleres, conferencias y actividades de todo tipo. Participarán nombres internacionales tan sugerentes como el suizo Urs Lehni (Rollo Press), una especie de William Morris del siglo XXI que ha revolucionado el mundillo editorial gracias a una vieja duplicad0ra RISO, o The Rodina, una pareja de diseñadores checos que crean publicaciones exquisitas y un poco gamberras. También proyectos híbridos como Études (Francia), la nueva mutación de los fundadores de la legendaria editorial Je Suis Une Bande de Jeunes, que ahora han decidido incluir la moda (con mucho éxito, por cierto) en su portfolio creativo. Más allá de los invitados internacionales, el corazón de Libros Mutantes lo forma la treintena de editores y artistas, seleccionados a través de una convocatoria abierta y cuyo entusiasmo demuestra que, si hay algo más divertido que montar una editorial, es vender tus propios libros y recibir de primera mano la reacción del público. Resulta llamativo que, en una época de omnipotencia digital, los diseñadores más adelantados hayan decidido reivindicar las posibilidades expresivas del papel. Esto no significa que no empleen todas las posibilidades que ofrece Internet: venden sus publicaciones online y comparten sus nuevos proyectos en Twitter o Instagram. Son narrativos digitales, pero saben que, en los tiempos que corren, sacar los pies del tiesto es un ejercicio muy saludable. Editan libros y revistas, pero también hacen música, publican vinilos, diseñan prendas de ropa o se ponen frente a una mesa de mezclas y un ordenador para extasiar al público a golpe de música y visuales. Y todo ello lo hacen, aparentemente, de manera espontánea. No hay que olvidar que fue precisamente ese adjetivo ("Variaciones espontáneas") el que Charles Darwin empleó hace más de siglo y medio para definir las mutaciones. También dijo que estos cambios imprevisibles son los que permiten la supervivencia de la especie y su adaptación al medio. Así que no resulta muy descabellado pensar que los libros mutantes apuntan una de las vías para la supervivencia y la regeneración de una actividad, la editorial, cuya muerte se viene pronosticando un par de veces a la semana desde hace años. Libros mutantes es un lugar inmejorable para entrar en contacto con estos creadores que demuestra pasión por el diseño.

 

Libros Mutantes, del 24 al 28 de abril en La Casa Encendida Texto por Carlos Primo, de Libros Mutantes