¿Es 4 el número perfecto para las series femeninas?
Cuatro puntos cardinales, cuatro elementos, cuatro sabores. El número cuatro significa equilibrio, ¿por eso los cuartetos priman en las series femeninas?
Cuatro puntos cardinales, cuatro elementos, cuatro sabores, o cuatro estaciones. Desde tiempos inmemoriales el cuatro es un número mágico que en muchas culturas ancestrales significa equilibrio. Puede que estas antiguas creencias se hayan alojado en nuestro subconsciente, y que salgan a la luz sin que reparemos en ellas. Si analizamos las llamadas series “de chicas” en la mayoría de ellas encontraremos un cuarteto, y casi siempre esas cuatro chicas corresponden cada una a un determinado estereotipo femenino: La sexy, la delicada, la dura y la real. Comprobadlo la próxima vez que veáis una serie en la que las protagonistas sean cuatro chicas o cuatro mujeres.
El que sean esos grandes rasgos los que definan a cada una de ellas no implica que la que sea sexy no sea lista, o que la tímida no saque su carácter a relucir en un momento determinado. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, cuando hay un cuarteto femenino de por medio como base de una historia de ficción, las características de sus componentes se acaban reduciendo a eso, en vez de explorar un poco más en su psicología, o abrir un poco más el espectro de posibilidades.
Tomando como ejemplo cuatro (como no) de la series más relevantes para el público femenino de los últimos años, vamos como se aplican en ellas estos estereotipos. Las elegidas pertenecen a diferentes franjas de edad tanto de sus espectadoras como de sus protagonistas para abrir el abanico de perfiles de mujer.
"Sexo en Nueva York", revolucionario precedente.
¿Quién no conoce a Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha? La cuatro solteras más fabulosas interpretadas por Sarah Jessica Parker, Cinthia Nixon, Kristin Davis, y Kim Cattrall, hicieron a esta serie de HBO, una de las más exitosa de todos los tiempos. Al final de los noventa, ver a cuatro mujeres hablando sobre juguetes eróticos, infidelidades, y expectativas de parejas, fue algo completamente rompedor e inesperado. Sin embargo, no pudo escapar de los tópicos, a pesar de la evolución de los personajes a lo largo de la serie.
La abogada Miranda era dura, de opinión contundente tanto con los hombres como con sus amigas, como ella misma se definía diciendo que ya era cínica a los 16 años , y tenía su reverso en Carrie, la protagonista, la “real”, cometía errores, intentaba sobreponerse a sus fracasos y expresaba sin remilgos todas sus opiniones, la vida misma, vaya. Por otra parte, la delicada Charlotte, era más correcta y adorable llegando en ocasiones un punto ñoño que chocaba contra la fuerza y la espontaneidad de la sexy, Samantha, un hombre en el cuerpo de una mujer, como se dice a lo largo de la serie.
"Girls", la voz insolente de una generación.
Lo que Lena Duhman ha creado, bien creado está, pese a los defectos que pueda tener. Pero a pesar del talento de esta neoyorkina de 26 años que escribe, dirige y protagoniza su propia serie, tampoco ha podido huir de los personajes tipo. Dicen de "Girls" que es la heredera directa de "Sexo en Nueva York", pero más auténtica y directa que su antecesora, haciendo una fotografía del panorama actual de la franja que va de los 20 a los 30 con un filtro de Instragram por encima.
Sus heroínas también están ligadas a estos roles, aunque puede que estén algo más difuminados. Lena/Hannah es sin duda la real (aunque toda la serie rezuma verdad) lo que se muestra en sus inseguridades, su autocompasión, o manera de buscar en Internet enfermedades sexuales. Jemmina Kirke / Jessa no solo es sexy, sino que es una hedonista/egoísta que emplea todas las armas que tiene a mano para salirse con la suya y vivir lo mejor posible.
Allison Williams / Marnie es la dura porque es estricta, e inaccesible, (su relación con Charlie me recuerda mucho a la de Miranda con Steve) y en cierta manera el egoísmo de Hannah la ha transformado en la responsable del grupo, mientras que Shoshanna / Zosia Mamet es tan dulce que su inocencia charlatana resulta una de las mejores cosas de la serie junto con su frase puede que esté desflorada, pero no estoy devaluada.
"Mujeres desesperadas", misterios en el vecindario
Si "Sexo en Nueva York" estaba dedicada a las solteras de más de 30 años, y "Girls" a veinteañeras que buscan pistas sobre su futuro, esta serie de la ABC es para las madres, las casadas y las divorciadas (y mucho más, claro está). Aunque después se fueron añadiendo más al círculo exclusivo con el paso de las temporadas, lo cierto es que siempre han sido cuatro las protagonistas de esta tragicomedia que mostraba con humor y sencillez los dramas del día a día (y otros mayores ligados a terribles secretos). Creo que la primera escena en la que llevan la comida para el funeral, es la que define por completo a esos cuatro modelos de mujer (por descontado queda lo mucho que cambia todo con el transcurso de la serie, aunque ellas sigan manteniendo sus posiciones del principio). Lynette (Felicity Human) es sin duda la más real de todas; la mujer que abandona su carrera por sus hijos, entre otras cosas, que es sobrepasada por las circunstancias como una humana más, cosa que no le sucede en absoluto a la impecable Bree (Marcia Cross) la dura e inflexible absolutamente perfecta, o eso parece al principio. Gabrielle es el sex symbol de la serie, como la propia Eva Longoria, que le pone rostro, y al igual que las que pertenecen a su estereotipo parece pensar solo en su propio disfrute, lo contrario que la delicada Susan, Terri Hatcher, un desastre adorable, con el que es fácil identificarse.
"Pretty Little Liars", adolescentes vengativas.
La ficción teenager también tiene un hueco en este artículo. Aunque la sombra de Alison, la quinta en discordia y el hilo de toda la trama planea sobre ellas, son cuatro las protagonistas de esta serie de ABC que cuenta con el romance, el misterio y la amistad como ingredientes principales. También en ella los roles están adjudicados: la bella y delicada Aria, encarnada por Lucy Hale, enamorada de su profesor de literatura es dulce y confiada, mientras que Hanna, Ashley Benson, la sexy, en ocasiones cae víctima del tópico de que las rubias son tontas, aunque esta no lo es tanto. Por otro lado, Spencer es la dura, la voz cantante e incluso la mandona, lo que contrasta con Emily, cuyos fantasmas y miedos son más reales que cualquier sms firmado por A, y a los que logra sobreponerse por si misma.
Lo importante de estas series femeninas, como de otras que también utilizan esos prototipos de mujer, es que los personajes van creciendo capítulo a capítulo, y cambian evolucionando debido a los giros de la trama, explorando sus lados ocultos y alejándose de los roles que los guionistas crearon para ellas al principio.
Irene Chaparro