Cine: Cuando éramos románticos
Las historias de amor comparables a las de las películas suceden en verano, y si no es así siempre puedes verlas en pantalla disfrutando cómodamente del buen cine
El amor suele tener por costumbre saltarse las líneas del tiempo, jugando con la premisa de nudo y desenlace. El verano zumbón, el que ya nos acaricia por debajo de la mesa, el pasado y también el que vendrá, viene a ser el escenario imperfectamente ideal para esas historias destinadas a esfumarse con la llegada de septiembre. Los amores de verano terminan por todo tipo de razones pero todos tienen en común su estela de estrella fugaz: una efímera luz de eternidad cegadora que se escapa en un instante. No hay amor en el tiempo, solo tiempo para amar.
Si existe una declaración de amor a través del tiempo, esa es la formada por el díptico “Antes del amanecer” y “Antes del atardecer”, uno de los más grandes romances de la era moderna, que ahora se consuma como trilogía amatoria con su tercera parte “Antes del anochecer”, recuperándonos a la pareja de amantes intermitentes formada por Celine (Julie Delpy) y Jesse (Ethan Hawke). Al final de “Antes del atardecer” (2004), Celine estaba bailando en su apartamento de París y Jesse empezaba a considerar la posibilidad de no coger el avión para volver a Estados Unidos junto a su mujer y su hijo. Ahora han pasado otros nueve años y ambos afrontan las consecuencias de aquella decisión: ya son pareja, hasta tienen un par de gemelas rubias, y toda una vida juntos por delante. Agria y divertida, el cierre de la saga deja atrás el “lo que podría ser” de la primera parte y el “lo que puedo ser” de la segunda, y plantea un más conciliador “lo que es y lo que será” de sus protagonistas, ya iniciados en la etapa de los 40.
Otros des-amores atrapados y condenados a entenderse en el tiempo:
1. MI CHICA (1991): Vada (Anna Chlumsky), una niña precoz que vive con su padre, dueño de una funeraria instalada en el sótano de la casa familiar, y Thomas (Macaulay Culkin), un chico alérgico a todo y su historia de amistad/amor interrumpido por una colmena de enfurecidas abejas en este clásico generacional de un verano en bicicleta.
2. (500) DÍAS JUNTOS (2009): Esto no es una historia de amor, es una sincera fragmentación vía calendario de una cronología de desamor. Los amantes pasajeros son Zooey Deschanel y Joseph Gordon-Levitt, y en este caso no hay tragedias ni infortunios a los que culpar, la razón es sencilla y duele más: porque no te quiero.
3. EL DIARIO DE NOA (2004): Años 40, Allie Hamilton (Rachel McAdams, y Gena Rowlands en su versión oldie) vuelve a Seabrook para pasar el verano con su familia. Una noche en la feria conocerá a un chico local, Noah Calhoun (Ryan Gosling y James Garner). Nada más verla, Noah sabe que él y Allie están destinados a vivir juntos. Tras disfrutar del verano sureño, la pareja es separada, primero por los padres de Allie y después, por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Finalmente el amor triunfará incluso por encima del Alzheimer que padecerá Allie.
4. CUENTO DE VERANO (1996): Un 17 de julio, Gaspar llega de vacaciones a la costa francesa donde pretende encontrarse con Lena, la muchacha que lo tiene loco, pero una vez allí conocerá a otras dos mujeres: Margot y Solene. Gaspar, influenciable y a la deriva entre las dos mujeres, se enfrenta al desagradable dilema del conflicto (jugar a tres bandas) o la elección (entre una u otra). Elegirá la huida.
5. DIRTY DANCING (1987): Baby Houseman (Jeniffer Grey) y Johnny Castle (Patrick Swayze) en un idilio prohibido de verano entre dos clases sociales: los que bailan y los que no.
6. MOONRISE KINGDOM (2012): Suzy (Kara Hayward) y Sam (Jared Gilman) son dos jóvenes adolescentes con vidas muy diferentes pero igual de problemáticas que, después de conocerse en una obra de teatro, mantienen una amistad por carta en la que planean una escapada para emprender una nueva vida juntos. Pero, como siempre, los adultos lo fastidiarán todo.
Asier Iturrate