En un exquisito ejercicio de hipsterismo prematuro, la Coppola Jr. ha sabido impregnar cada una de sus cintas de canciones que medían en todas las notas de su melodía, el pulso de lo que lo petaba en cada momento. No diremos que se adelantaba, pues nunca fue ella de sacar del cajón del underground nada que no conociéramos, pero ha tenido la capacidad de utilizar en cada momento aquello por lo que los que se creen más hipsters pierden el trasero. Aprovechamos que se acaba de estrenar "The Bling Ring", para presentar, cronológicamente, en una sencilla operación de modernidad in crescendo, el olfato auditivo de la señorita Sofía Coppola: AIR - Playground Love (Las Vírgenes Suicidas)

Cuando los medios de cine especializados se hacen tanto eco de la envolvente banda sonora de AIR a la hora de hablar de la ópera prima de la Coppola, es que el asunto merece la debida atención. El debut de la hijísima tenía todo para que fuera una obra de culto: un elenco glorioso, una fotografía de órdago, una historia original del que con su segundo libro ganaría un Pullitzer (inconmensurable Jeffrey Eugenides), y, cómo no, las susurrantes voces de los franceses AIR,  capaces de sacarte de la sala de cine y plantarte en el jardín de las hermanas Lisbon, sintiendo como el sol te cosquillea en la cara mientras penetra a través de las ramas de los viejos y enfermos olmos de la calle. The Jesus and Mary Chain - Just Like Honey (Lost in Translation)

Pese a no gustarnos los spoilers, puestos a hablar de la silenciosa historia nipona entre la Johansson y Bill Murray, no podíamos obviar el tema que acompaña el final de la película. The Jesus and Mary Chain son cualquier cosa menos “un descubrimiento reciente” o una “joven promesa” de la música, pero debe suceder que una vez que compruebas cómo casa a la perfección "Just Like Honey" con la intencionadamente melancólica escena final de tu película, ya no te encaja ninguna otra. Un tema milimétricamente diseñado y hábilmente escogido para provocar en el espectador una nostalgia prematura de la que, aunque no hayas terminado de entrar en la historia, no puedes escapar. New Order – Ceremony (María Antonieta)

Dejando a un lado la avalancha de tonos pastel, y una -de nuevo- Kirsten Dunst absolutamente adorable, es una banda sonora de calidad, (pero que parece sacada de “hipsterismo for dummies”) y pretendidamente anacrónica, lo que hace que "María Antonieta" no quedase sumida en el más profundo de los olvidos de la insondable mente humana. Es posible que, aún así, en la de algunos cinéfilos sí, pero en la de un melómano, imposible. Por muy trillados que estén, pardiez, son New Order. Y Siouxsie and the Banshees. Así cualquiera. The Strokes - I"ll Try Anything Once (Somewhere)

Si algún grupo ha podido colgarse la medallita de abanderados de lo cool desde que el indie como tal dejo de serlo, esos han sido The Strokes. Y ahí estaba la Coppola para darles el espacio que se merecían, acompañando con "I"ll Try Anything Once" su filme más pausado (que ya es decir) y familiar. Sea como fuere, ver a Stephen Dorf siempre es un gustazo. Y, la canción de Casablancas & cía, encajaba mejor que los muebles Expedit de Ikea con sus cajas a juego. Sleigh Bells - Crown On The Ground (The Bling Ring)

Y llegamos al final del recorrido (por ahora). Cruzamos la meta acompañados de unas cuantas niñas pijas con desvergonzadas e ilegales perversiones, protagonistas The Bling Ring. Ya no hay susurros gabachos ni clásicos del underground que casen con ese estilo de vida, ahora toca enchufar la MTV2 y renovarse: Sleigh Bells, distorsión, droga dura. Su (aparentemente) saturado tema de premonitorio título sobre coronas a ras de suelo, ejerce como compañero de una historia tan puramente superficial como atrayente. Pero… ¿acaso no va de eso estar a la última? Esperamos ansiosos la siguiente entrega de la trepidante aventura por el mundo de la modernidad de la siempre inquieta Sofia Coppola. ¿Qué sonará en su siguiente proyecto? ¿Mozart, Beethoven, quizá Strauss? Si alguien puede volver a ponerles de moda, esa, sin duda, es ella. María Bernal