“Soy muy reservada”, confiesa. Cada una de sus entrevistas comienzan así, como asegurando que, aunque parezca raro en esta industria musical de hoy día, poco más puede decir esta neozelandesa que no digan ya de por sí sus canciones. Lorde –“elegí este nombre por su sonido; tan aristócrata”- es, como poco, prometedora. ¿Qué más podemos anunciar sobre esta chica de pelo rizado y ojos separados que no se haya dicho ya? De momento no puede comprar alcohol –“es un rollo”- pero rechaza y acepta ofertas millonarias a su capricho: Ha dicho que no a ser telonera de Katy Perry y tachado de “asqueroso” a David Guetta, quién también quiso colaborar con la mentada como kiwi teen. “Royals”, su mayor éxito, ha conseguido desbancar a Cyrus en territorio yankee, y las canciones que han venido después de ésta han sido alabadas por sites tan prestigiosos como el todopoderoso Pitchfork y el norteamericano Billboard. Pero, ¿cómo nace? Y, aún más importante, ¿cuál es su plan? Lorde avanza con paso firme y conquista.
Lorde Lorde
Han pasado cuatro años desde que fuese descubierta en una actuación escolar. Ella Yelich-O"Connor –su nombre real cuando no está subida en los escenarios- firmó entonces un contrato con Universal y empezó a preparar todo ese ingenio que hoy se materializa en forma de canciones como “Tennis Court”, “Ribs” o “White Teeth Teens”, algunos de los temas que conforman su exitoso “Pure Heroine”, álbum debut. Tras haberse metido en problemas criticando abiertamente a cantantes como Selena Gómez o Taylor Swift –una por machista, por “perfecta” otra-, las cosas por fin se han asentado, y Lorde empieza a recoger unos frutos más que merecidos en esta soberanamente injusta industrial musical liderada por adolescentes. La revista Time ha convertido a Ella en "la joven más influyente del año" -desconocemos en base a que criterios- y esta, por si todavía no tuviera suficiente, acaba de firmar un contrato de 2.5 millones con una multinacional y aportado su canción a la banda sonora de la segunda parte de "Los juegos del hambre". Grimes y Jared Leto hacen tweets recomendándola y Lindsay Lohan sube foto a Instagram en donde el hashtag #TeamLorde causa revuelo entre sus seguidores. A nosotros, sí algo nos queda claro de toda esta hazaña, es que la buena música es y será siempre buena; haya o no una provocativa campaña de marketing detrás de cada canción. Algo nos dice que Lorde se va a hartar de ver amount of diamonds in the flesh. Alejandro Bernad Perié