El pasado de... George Clooney
Hace unas semanas os contamos la juventud de Brad Pitapo entre los guapos, George Clooney, que en sus inicios soñaba con ser una estrella del béisbol.
Son muchas mujeres, y de todas las generaciones, las que han suspirado por George Clooney, pero como ya viene siendo habitual en esta sección os contaremos como llegó a afianzarse como actor tras muchos intentos y por qué ahora si que sí podemos decir que el aspecto físico puede cambiar mucho a lo largo de la vida. Aquí la prueba más clara, y es que este niño con pelo tazón y gafas cuadradas es el mismo George, originario del estado de Kentucky, asistía cada día al colegio con estas pintas. Poco se puede añadir de esta primera etapa.
Tras sus años escolares George decidió que su futuro se encontraba en el béisbol, pero tras varios intentos frustrados de convertirse en profesional desistió de esta pasión y optó un nuevo camino: la interpretación. En realidad toda su familia se dedicaba al mundo de la televisión y el cine, así que no es de extrañar que esta fuera su segunda opción, de hecho, gracias a su primo consiguió el primer papel en una película de cine independiente, a pesar de que finalmente nunca fuera estrenada, George se enamoró de la profesión y decidió trasladarse a Los Ángeles para continuar con sus aspiraciones en la interpretación. Una vez se quitó las gafas y ajustó su peinado a los 90, no le fue complicado encontrar pequeños papeles en series de televisión, que aunque no gozaban de gran fama le daban de comer.
Finalmente fue con "Emergency Room" ("Urgencias") cuando alcanzó el gran éxito que deseaba y los papeles en el cine no tardaron mucho en llegar. En este caso el secreto del pasado de George no fueron trabajos en restaurantes fast food ni canciones estrafalarias de Eurovisión, sino una imagen totalmente transformada, y es que quien le iba a decir a ese niño poco agraciado que iba a convertirse en uno de los hombres más deseados del planeta. Una vez más vemos como es posible que el patito feo se convierta en cisne.
Berta Gómez Santo Tomás