2013 aún no ha acabado, y, aunque las listas de lo mejor del año probablemente lleven semanas confeccionadas –atención, amigos artistas, ni se os ocurra publicar vuestra obra durante noviembre o diciembre, salvo que queráis ser gratuita y absolutamente ninguneados- , ya prácticamente estamos en posición de echar la vista atrás. No es tanto por melancolía, como por recuperar con alegría, y no sin cierta sorna, algunas efemérides y curiosidades sucedidas a lo largo de este año que acaba y que, seguro, quedarán para siempre en la memoria de muchos. A falta de saber quién –o qué, si se pone de moda lo de los drones de Amazon- dará las campanadas en cada cadena, y cuánto tanga dejará entrever el modelito escogido por la Igartiburu –porque si algo hay tan cierto como que habrá campanadas, son esas dos cosas: que estará la Igartiburu, y que veremos o intuiremos, dependiendo de la transparencia y de la intensidad de los focos, la silueta frontal de su tanga- , nos proponemos señalar, a modo de entrañable recordatorio, tres momentos que han hecho de este 2013 a punto de concluir, un año, moderadamente menos malo. Porque no nos engañemos, bueno, lo que se dice bueno, en general, no ha sido en absoluto. 1. Patti Smith saluda al Papa Francisco I (¡y lo hace con alegría!) No nos gustaría entrar en que si la edad hace estragos o no, porque si algo te da cumplir años, es perspectiva y experiencia (y eso es bueno), pero, Patti, querida… What the fuck? Tu efusividad al borde de la lágrima emocionada como de final de culebrón venezolano mientras le coges la mano al nuevo Papa, viniendo de la puñetera ama del punk como eres, nos resulta, casi, casi tan inquietante como ver a un perro andando de pie. Cuando tengas cinco minutos ¿nos mandas un SMS y nos lo explicas? Muchísimas gracias por adelantado.
Patti Smith Patti Smith
2. Erlend Oye te hospeda en AIRBnB Pues que tú estás ahí,  en tu casa, planeando tu incursión en el mundo nórdico, mirando fotos de paisajes cuquis, buscando emocionantes rutas con acogedoras cafeterías en las que te visualizas tomándote una infusión calentita mientras miras por la ventana e instagrameas como si no hubiera un mañana, cuando te dispones a la siempre emocionante tarea de elegir alojamiento. Entras en AIRBnB, la página más cool en la que encontrar apartamentos a precios razonables, fichas uno que desprende amor por los cuatro costados, miras quién es el anfitrión, y… un momento. ¿Ese es Erlend Oye? ¿En serio? No reparas en el precio. La emoción te embarga. Caes al suelo, conmocionado, sin que te dé tiempo a reservar a golpe de click. Al caer, desconectas el módem sin querer. Fundido a negro. Cuando despiertas, compruebas que no ha sido un sueño, pero que la casa del de Kings of Convenience ya está alquilada. Vuelve la conmoción. Y así.
Erlend Oye Erlend Oye
3. Miley Cyrus es capaz de mantener su lengua dentro de la boca  De su bochornosa actuación en los VMA, a la que tanta rentabilidad ha sacado, no hace falta que se diga más nada. Ya se ha comentado hasta la saciedad, con mayor o menor fortuna. Sin embargo, nadie ha dicho nada -o no lo suficiente- del verdadero logro de la Cyrus este año: meses después de salir vestida de oso y restregarse la entrepierna con un dedo gigante de espuma sin ningún tipo de carisma o elegancia –chata, no eres Madonna, no te flipes- mientras saca la lengua como si le estuviesen dando calambres cerebrales, reaparece en los EMA –mismo perro, distinto collar- y lo hace subida a una atalaya, usando la lengua para cantar en vez de para horrorizar, y sin frotar ninguna parte erógena de su anatomía. Bueno, sí, iba marcando camel toe a destajo, pero es un avance. Poco a poco. Cada uno habrá tenido sus momentos, e invitamos con estos pequeños apuntes a hacer repaso de lo mejor que os ha traído 2013. Si con ello, al menos, se os escapa una sonrisa, la que firma se dará por más que satisfecha. Palabrita. María Bernal