Piensa en un adjetivo que pondrías a una “buena serie”. Cualquiera vale. ¿Ya? De acuerdo. Ahora, aplícalo a "Orange is the new black", porque la verdad es que esta ficción, que tan pronto te hace reír como te encoge el corazón, no tiene nada de malo, literalmente. Y lo mismo se puede decir de los elementos que la identifican: la buena caracterización y química de unos personajes con los que el espectador se encariña casi automáticamente; las fantásticas interpretaciones del reparto (especialmente Taylor Schilling); la frescura y el ingenio de su guión; el hábil uso del flashback; su coraje a la hora de romper tabúes sociotelevisivos y hablar de temas “incómodos” (para los hipócritas, puritanos, etc) sin caer en el morbo; la música que subraya ese aire cómplice que envuelve cada capítulo; el poso de buen rollo que te deja al terminar; los estupendos créditos iniciales con la cañera canción de Regina Spektor…En resumen, es una serie que hace muy difícil dejar de verla.
"Orange is the new black"
Orange is the new black, emitida por Netflix (ese pequeño gran canal) el pasado julio y desde el 3 de diciembre en España en Canal + Series, es una creación de Jenji Kohan (Weeds) basada en hechos reales. Nos cuenta la vida ¿cotidiana? de Piper Chapman (Schilling), una joven que al verse implicada en un asunto de narcotráfico cambia su familia y tranquila vida en Nueva York por una cárcel femenina que haría las delicias de Woody Allen, Wes Anderson y John Waters. Partiendo de esa historia, la serie camina con paso firme (y magistral) por el siempre difícil género del dramedia ya que "OITNB" es una inteligente comedia sobre un intenso drama o, dicho de otro modo, una comedia sobre la vida antes, durante y después de perder el rumbo, la motivación, el lugar en el mundo, las expectativas, las esperanzas, la empatía, la identidad, los afectos, la seguridad, y, obviamente, la libertad. Esta serie es una sonrisa que te hace pensar. Pensar, sí, porque, más allá del entretenimiento indudable que regala al espectador en cada capítulo, OITNB en el fondo no deja de hablarnos sobre la Justicia y la injusticia, sobre los juicios y los prejuicios, sobre el derecho a ser uno mismo y la obligación de no renunciar a aquello que nos hace seguir en pie. En definitiva, sobre en qué consiste sentirse libre.
"Orange is the new black"
Paralelamente, "OITNB" es una serie que más que mostrar al espectador el mundo de las mujeres, muestra el mundo a través de las mujeres. Una visión, por tanto, llena de intencionalidad y emotividad, en la que nada es gratuito, en la que no importa tanto querer como saber querer y saber qué quieres y en la que la vida y las vidas se construyen (o destruyen) con cientos de pequeños detalles. Por todos estos motivos, es lógico que esta serie haya arrasado y esté arrasando en audiencia y críticas, porque si "Orange is the new black", ésta es la nueva serie a seguir. Javier Crespo Cullell