El encantador desorden de Hannah
El encantador desorden de Hannah. Las amigas protagonistas de Girls son veinteañeras sin apenas ingresos. Aún así, no descuidan el diseño en sus apartamento
Hannah Horvath tiene 25 años, un proyecto como escritora y la aspiración de ser la voz de su generación, ahí es nada. El adelanto de su e-book y algunos turnos como camarera le permiten habitar un coqueto apartamento en el neoyorkino barrio de Greenpoint, Brooklyn. Unos 70 metros cuadrados en los que la protagonista de la serie de Canal + Girls ha convivido con su “mejor” amiga Marnie, su ex-novio gay Elijah, su trastorno obsesivo compulsivo y, por fin, en esta tercera temporada y contra todo pronóstico, con su novio Adam.
Dicen que a Girls la odias o la amas. Si hay que elegir, yo la amo, aunque con reparos. Amo como Lena Dunham dibuja unos personajes rotundos y les lleva al extremo con situaciones cómicas y a veces brutas y patéticas. Son personalidades exageradas, en su actitud y en todo lo que les rodea. Vestuario, peluquería y también decoración, definen a cada una de las protagonistas de Girls.
Inmadura e irreverente, ingeniosa y divertida, así es Hannah. Su apartamento, descuidado pero con encanto. Los muebles no parecen haber sido fabricados en serie, ni comprados en una gran superficie. Seguramente lleven décadas en el piso, son heredados de su abuela, los rescató de la calle o los adquirió en el Flea Market de moda en Williamsburg. Si te fijas distinguirás la Tulip Table diseño de Eero Saarinen, rodeada de sillas de jardín; una butaca azul que parece de los Eames; y un aparador vintage de madera que ya lo quisiéramos muchas.
Las paredes siguen pintadas de colores desde los 90, época de la que también deben de ser el montón de imanes de la nevera. Tiene un montón de lámparas diferentes, de mesa, de pie y de techo, y aunque ninguna parece dar mucha luz, son muy chulas e imprimen ritmo al desenfadado salón. El set cambia con cada temporada, y en esta ha desparecido el espejo sol sobre la cómoda, que ha sido sustituido por un lienzo. Quizás lo habrá traído Adam de su antiguo y destartalado apartamento, de él recuerdo el sofá abullonado de estilo francés y la cama en el suelo sobre pallets.
Además de la casa de la protagonista, la serie nos ha mostrado interiores muy interesantes, siempre acorde con la personalidad de sus habitantes. Shoshanna vive en un pisito más bien cursi, con muebles de catálogo en color rosa, turquesa y pistacho. Tiene estampados estupendos, algunos objetos ñoños y un póster de Sexo en Nueva York en la pared. Lo admito, me encanta Shosh y esta decoración le pega: ingenua, decidida, a veces ridícula y un poco insoportable para el género masculino.
Pero uno de los espacios más interesantes de la serie no pertenece a ninguna de las chicas. Marnie se quedó boquiabierta cuando, en la temporada pasada, visitó el transformado estudio de su ex, Charlie. Él mismo había construido un mueble continuo de contrachapado, que hacía a la vez de cama, armario y sala de estar. ¿Será por esto que quiso tan desesperadamente recuperarle? No hay que desestimar el poder de un buen diseño.
La responsable de estos decorados es la directora de arte Laura Ballinger, que también ha diseñado los sets para otras series como Veep o The Following. Os aconsejo entrar en su página, donde además de fotos, hay planos y curiosos bocetos de los interiores de Girls. Decorados elaborados, desordenados a propósito para enmarcar las marcianas situaciones de estas serie de veinteañeras que nos engancha a la treintañeras.
Inés Garp