Mujeres Despechadas: ¡Muerte a George!
Mujeres Despechadas: ¡Muerte a George! Un martes más, nuestro dúo de mujeres asesinas favorito nos trae un relato sobre un hombre que debía morir. A estas c
Nuestro dúo de mujeres asesinas favorito, Mujeres Despechadas, nos trae un relato sobre un hombre que debía morir. A estas chicas no les gusta que les hagan perder el tiempo...
(Ahora no sé si quedan yogures. Quizás uno. ¿Cómo era?… 3 huevos, 2 yogures… ¿¿2 o 1??) “Oooh George, oooh síiii… siiigue…” (¡mierda no! ¡sigue no!, ¡que se lo toma al pie de la letra!) “Mmmm” (bueno, luego llamo a mi madre y le pregunto la receta. ¡Uh! Qué mal llevo las uñas… Mañana me hago los pies. A ver si tienen hora al mediodía. Seguro que no, siempre está lleno…) “Diooos, cómo me guuusta….” (¿Qué hora debe ser? Que he quedado joder…). Y después de otros “síiii, oooh, Diooos, mmmm” en voz alta -intercalados con mis notas mentales en silencio- ACABÓ. (¡Bravo! ¡Ya era hora campeón!)
Lo de George eran polvos eteeeeernos. De esos que te quitan tiempo, pero que también te lo dan para otras cosas como ordenar tu agenda mental, darte cuenta de que hay telarañas en el techo o analizar tu pedicura. Y tenía que vigilar mucho con lo de animarlo. Un “sigue”, un “no pares” o un simple “más” eran sinónimo de 15 minutos de tiempo fuera de juego. No era que lo hiciera mal. El tío se lo curraba y además estaba muuuy bueno. Ver su tableta de chocolate durante el partido era de lo más placentero, como si le estuvieras hincando el diente a una de verdad ¡Ñam! Pero llegaba un momento en que un cosquilleo incómodo -el de cuando se te duerme un pie- aparecía de repente desubicado entre mis piernas. Y ya no había manera de resucitarme.
Nunca entenderé por qué creen que esto nos gusta. ¿Alguna teoría? Quizás piensan que en el sexo el que llega el último gana –son tan competitivos…– o que eso les hace ¡supermachos! “Ayer me f%#&$ a una durante una hora tío” –y el amigo contestará “¡Qué crack!”– o que preferimos cantidad a calidad (¡No!). Sea cual sea, si tenéis algún George en vuestra vida –cama–, cortadle el rollo desde el día 1 o ¡huid!
Así que, como comprenderéis, después de varias citas no me quedó otra que matarlo.
Caroline Selmes & Laura Torné (Mujeres Despechadas)