Personajes melancólicos, solitarios, evocadores... así son los protagonistas de las pinturas de Claire Montlivault, que la semana de pasada presentó su colección "Esperanza".  La necesidad, la especial sensibilidad y la fuerza para transmitir los estados de ánimo, propios o ajenos, de los artistas es lo que al fin y al cabo nos ha llevado a tener el privilegio de observar las mayores obras de arte de la historia. Miradas perdidas, sonrisas misteriosas, movimientos hieráticos atrapados en los marcos de museos, todos tienen algo que decirnos y la magia de la pintura es que ese significado es personal. Es cierto que dejar volar a la imaginación es más sencillo si nos plantamos ante una obra abstracta que nos explica con menos claridad el significado específico, pero cuando llenas una sala de gente tan expresiva como los personajes de Claire De Montlivault, hablan por sí solos.
"Había hecho pequeñitas compras con sus grandes manos". 29,7x42cm, óleo sobre papel.
La colección que ha presentado la semana pasada titulada "Esperanza" se basa en la necesidad de esta artista por analizar la profundidad de cualquier ser humano que se cruce por su camino. Parte psicóloga (no literalmente) parte caricaturista, Claire analiza a modo de boceto las infinitas personas que pueden pasar en unas horas por una parada de metro. Cuántas habrán sido las veces que nos habremos sentado a esperar pasar los interminables minutos y, mientras la multitud nos arropa, hemos imaginado quienes serían o qué historias llevan en su mochila de la vida. Claire ha decidido compartirlo con nosotros por medio de sus pinturas, con agresivas pinceladas que denotan fuertes sensaciones.
"La chica con pluma rosa"
Óleo sobre tela
139x106cm
"La jeune fille aux fleurs carnivores". Óleo sobre papel, 152x110cm
Fuera de la colección "Esperanza", y dentro de los numerosos cuadros de Claire, podemos encontrar varios tesoros como: "Le couple au canapé" o "La jeune fille aux fleurs carnivores", entre muchos otros. En ellos siempre se vale de la presencia humana, la manera más sencilla según la artista de transmitir esa esencia vital que ha transformado en personajes, pequeños alter ego que parecen cobrar vida deseando saltar del lienzo gritando "¡tenemos algo que decir!". La agresiva pincelada que apuntábamos anteriormente  y las deformidades físicas recuerdan al expresionismo de Francis Bacon. Obras melancólicas, nostálgicas y desgarradoras son las que nos ofrece esta artista que hoy "se desnuda" entre las líneas de VanidArte.    Lucía Fernández Alonso (Luceral)