Isabel Coixet se pasa al cine sobrenatural con “Mi otro yo”, una inquietante historia de fantasmas y dobles protagonizada por la chica de portada de abril en Vanidad, Sophie Turner.

Pensándolo bien, a la Coixet siempre se le han dado bien los fantasmas, espectros y almas en pena. No hay más que recordar los tristísimos habitantes de cafeterías en el limbo, hechizados ante una porción de tarta con eterno movimiento giratorio, de sus fábulas “americanas”: “Cosas que nunca te dije” y “Mi vida sin mí” (con las que nos enamoramos perdidamente del cine de esta catalana locuaz y atípica, en el mejor sentido). O los no menos fantasmagóricos trabajores de la plataforma petrolífera de “La vida secreta de las palabras”, los enamorados en cursiva de “Mapa de los sonidos de Tokio” o, en fin, los desterrados a ninguna parte de esta España nuestra de “Ayer no termina nunca". Incluso los protagonistas de sus documentales comparten tal condición marginal, “apestada” y sobrenatural, desde los afectados por el Chagas (“Invisibles”) hasta el mismísimo juez Garzón. Por eso, era sólo cuestión de tiempo que Coixet se animase con una historia de terror de verdad, de cabo a rabo y con cara y ojos.

"Mi Otro Yo"

Aunque, claro está, a su manera y a su estilo (¿hubiese valido de otra forma?), incluso tratándose de un filme orientado a un público adolescente y que adapta un best-seller como “Another me”, de Cathy MacPhail, con el que la cineasta se enganchó, cómo no, en un aeropuerto. “Cuando lo leí experimenté lo que los japoneses llaman sartori, es decir, una iluminación. Es una novela muy inteligente y, aunque sea juvenil, tiene algo realmente universal”, confiesa Coixet. Concretamente, el tema del doble, que ya encandiló a escritores tan poco “teens” como Borges o Saramago, y que tortura la existencia de Fay, una joven que empieza a tener la sospecha de que alguien la está siguiendo, alguien exactamente igual a ella.

Jonathan Rhys Meyers y Claire Forlani Jonathan Rhys Meyers y Claire Forlani

“Siempre me han fascinado las historias de dobles, desde Stevenson a Cronenberg o De Palma, pasando por las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Henry James. Otra fuente de fascinación para mí es la propia adolescencia, ese momento en el que nuestra infancia retrocede y damos paso a un período truculento de lucha interna, de búsqueda, rebelión y ansiedad sin definir”, amplía la directora.

Pero “Mi otro yo” hubiese sido totalmente “otro” si no fuera por el omnipresente, y bifurcado, trabajo protagonista de Sophie Turner (nuestra chica de portada en abril), la celebérrima Sansa Stark de “Juego de tronos”, aunque Isabel confiesa no haber visto la serie ni por “spoiler": “Me alegro porque así no tuve ninguna idea preconcebida. Tampoco me hizo falta, porque cuando Sophie apareció en el casting, después de ver a unas 80 chicas, sentí que era inevitable que ella diera vida a Fay. Es una actriz que no conoce el miedo, se lanza a las cosas sin titubear y nunca puso ninguna pega a lo que le decía, algo muy de agradecer”, comenta Coixet, que también reclutó a otros nombres propios como Rhys Ifans, Claire Forlani, Leonor Watling o Gerardine Chaplin para un filme arriesgado y que no dejará indiferente a nadie. Puro Coixet, vaya.

Por Paul Vértigo