La silla Acapulco nos traslada a un ambiente tropical. Aporta color y frescura a terrazas, jardines y también a los interiores. Recordamos un icono del siglo XX. La identidad de su creador es todo un misterio. Algunos dicen que un turista francés la dibujó y los artesanos de las playas de Acapulco la fabricaron. Siguieron la técnica tradicional con la que los mayas tejían sus hamacas para crear el diseño mejicano más internacional de todos los tiempos. Corrían los años 50 y este puerto mejicano era el destino de moda para famosos como Elvis Presley, Brigitte Bardot o incluso los Kennedy. Muchos de ellos se dejaron fotografiar descansando en una silla Acapulco y, de esta manera, su imagen dio la vuelta al mundo. silla_acapulco_1 En su diseño sencillo y práctico está la otra clave de su éxito. Una fina estructura de acero unida por un entramado de cuerdas de PVC flexibles la convierten en un mueble resistente, muy cómodo e ideal para la temporada de calor. La forma ovalada del asiento resulta muy elegante y los colores vivos le confieren un look fresco y divertido. Como los buenos diseños, no pasa de moda y, aunque en principio estaba ideada para exteriores, cincuenta años después sigue amueblando espacios de estilos muy diversos. La encontramos tanto en terrazas y jardines como en salones, cafeterías o incluso oficinas. silla_acapulco_3   silla_acapulco_4 Las Acapulco originales son joyas de coleccionista muy cotizadas, pero actualmente existen varias empresas que las fabrican nuevas. Además, han surgido versiones y ediciones especiales muy interesantes. La danesa OK Design las produce en su fábrica de Méjico y las distribuye en Europa. Elabora también el modelo Condesa -que tiene el respaldo redondo-, una versión mini para niños y más muebles en la misma línea como taburetes o mesas bajas. En España, te puedes hacer con ellas en el showroom de BD Madrid. silla_acapulco_2   silla_acapulco_5 Quizás no podamos viajar al Pacífico mejicano, pero relajados en una silla Acapulco y con un cóctel en la mano, es cuestión de dejar correr la imaginación… Inés Garp (@InesGarp)