Pescaíto frito, tortillas de camarones, atún de Barbate... son algunos de los productos típicos de la gastronomía gaditana tan en auge en Madrid. Madrid se está empapando de la gastronomía andaluza y cada vez son más los restaurantes que abren con este tipo de comida que gana adeptos entre los madrileños. Surtopía (c/ Nuñez de Balboa, 106) es un restaurante del sanluqueño José Calleja. En su carta destacan las 36 manzanillas de Sanlúcar que hay además de olorosos, amontillados, etc., todo un lujo para los gaditanos que residen en la capital. Además se puede disfrutar de los típicos platos de la tierra como cazón en adobo o atún rojo encebollado con pimienta y manzanilla.
Carta del restaurante Surtopía Carta del restaurante Surtopía
Otro bar que destaca es La caleta, situado en el barrio de Lavapiés (c/ Tres peces,21). Lo más peculiar del restaurante es que sirven el pescado frito en los típicos cucuruchos de los "freidores" gaditanos. Una parada obligatoria para los que no sólo quieran disfrutar de comida gaditana sino que también quieran hacer "una visita" a la provincia sin salir de Madrid.
Restaurante La caleta Restaurante La caleta
No podemos dejar de hablar de Lambuzo (c/Las conchas,9) , uno de los mejores restaurantes de Madrid de comida gaditana. Entre sus platos destacan las pijotas de Sanlúcar, el adobo gaditano o el atún de Barbate. Además el restaurante apuesta por recuperar la tradición de vender producto en La Abacería (pequeño colmado donde venden quesos de Villmartín, garbanzos de Chiclana o aceites de Olvera) para apoyar a los productos de su tierra. Un pequeño rincón con sabor a costa.
Restaurante Lambuzo Restaurante Lambuzo
La taberna La gaditana es un nuevo espacio donde se puede disfrutar de los mejores platos de la cocina gaditana y andaluza. La ambientación del local recuerda al típico de las casetas de la feria de Jerez. Entre los platos estrellas destacan las ortiguillas, las tortillitas de camarón o las frituras de pescado.
Taberna La gaditana Taberna La gaditana
Raffaella Carrà decía que para "hacer bien el amor hay que venir al sur" y para comer, ¡también!