El otro día leía a Rosa Montero en su habitual columna y decía algo así como “Nunca seremos tan jóvenes como hoy” y oye, qué razón.
Yo por ejemplo, de golpe y porrazo me he plantado en los treinta con la sabiduría de una persona “madura” y un cuerpo adolescente, así de golpe y porrazo, sin que nadie me avisara de que esto iba tan rápido. Y va muy rápido señores.
Hace diez años estaba yo pensando qué sería de mí a los treinta y mira, casi podría decirte que lo mismo, salvo con algunas taras más, algunas taras de golpes recibidos, heridas cicatrizadas y replanteamientos existenciales, pero más o menos lo mismo. Bueno, o eso creo.
Conforme uno avanza en la vida no se acuerda de lo imbécil que ha sido a veces, y si se acuerda, se le olvida. Tú sigues viviendo a pesar de todo, te sigues riendo, te sigues enamorando, te sigues esforzando en el trabajo casi como si fuera la primera vez, porque las primeras veces son siempre muy bonitas y casi que convendría que todo se viviera como una primera vez, aunque no sea así.
Cuando una mujer se asoma a la treintena parece que el mundo quiera meterle prisa para algo, cuando estimo que es la edad perfecta, esa edad en la que eres muy inocente frente al mal ajeno y muy experimentado por ejemplo, sexualmente, así como culturalmente y todas esas cosas que terminan en "-
mente".
Por lo demás todo igual, te abalanzas con el mismo entusiasmo hacia una magdalena de chocolate como a un amor de verano (o de invierno), sigues saliendo a bailar, en el trabajo las cosas resultan por lo menos un poco más fáciles y eres capaz de pensar en futuros sin que se te ocurra por la cabeza decir que eres vieja, porque no lo soy, yo pensaba que sí, pero no.
Yo voy a ser eternamente joven, y no por ello hablo de la juventud como una cosa alocada, sino como un estado de ternura y espontaneidad constante. Porque eso es lo más bonito, saber que pasan los años y tú sigues siendo tú de alguna forma. Y poco más.
Que seamos jóvenes por mucho tiempo y que al final tengamos, por lo menos, muchas cosas que contar.
Alejandra Remon – @alejandraremon