En nuestro recuerdo guardamos a la perfección aquella figurita de porcelana perfecta y estratégicamente colocada en aquel rincón del salón de nuestra abuela, aquella de la que sabíamos con total certeza que si algún día se hacía añicos la reprimenda iba a ser especialmente ardua. Ahora la porcelana con su elegante fragilidad se convierte en objeto de nuestros deseos más profundos gracias a Andrés Gallardo y no precisamente para exhibirla en ninguna vitrina sino para lucirlas de la mejor forma: colgando de nuestro cuello, pegada a nuestras orejas y abrazando nuestras muñecas. Joyería de autor made in Spain, maestría en cada diseño, delicadeza no solo en los materiales, la quintaesencia del diseño joyero patrio que nos hace coronarla con un más que merecido título de Objeto de deseo. Un viaje a un mundo onírico, plagado de la flora más exquisita y la fauna más salvaje con la perfecta fragilidad de la porcelana como hilo conductor y alma de la firma. La porcelana está viviendo un auténtico idilio con la moda. Artesanía en estado puro y una clara declaración de intenciones, aquella que defiende que la alta joyería no es territorio exclusivo de oro, diamantes y piedras preciosas. ¿Los responsables? El propio Andrés Gallardo como no podría ser de otra manera con Marina Casal encargada de poner la nota femenina a este binomio prefecto. La loza blanca de origen chino eternamente vinculada al lujo ha sido tocada por la varita de los mejores artesanos bajo las pautas de dos mentes maravillosas y el resultado es que ya no queremos oir hablar de joyas de oro puro ni de figuritas de diseño rococó. Las esculturas y figuras de porcelana ya no se exponen en museos, ya no son las intocables, ahora la nobleza de la porcelana tiene sello español y se ha convertido en nuestro mejor tesoro.     Mercedes Gala