Hay vida más allá de las grandes franquicias, y estas cinco marcas de ropa españolas lo demuestran.

Paloma Wool

Paloma Lanna, de 27 años, es hija de los fundadores de Globe y Nice Things y la responsable de la firma de ropa Paloma Wool. Con tan solo cinco colecciones de historia, la etiqueta de Lanna ha logrado fraguarse un hueco en el mercado internacional prestando especial atención a los tres principios básicos de: producción local, venta online –plus: mucho movimiento en redes sociales- y colaboraciones artísticas. “Mi pasión desde que tengo uso de razón es la moda y la fotografía analógica, así que con Paloma Wool he decidido unir estos dos conceptos”, explica Lanna en el diario El Mundo. “Mis padres son los fundadores de Globe, y han estado toda la vida en contacto con este negocio gracias a Nice Things. Me han transmitido su pasión, pero también su sabiduría en el sector”. El arte –es fan acérrima de las obras de Matisse y Pollock- y la fotografía integran sus diseños. Prendas de edición limitada que abanderan creatividad y autogobierno, erigidas desde la artesanía y la sostenibilidad.

 

Marlota

Mar García fundó Marlota en 2004. La madrileña, formada en Inglaterra y Alemania, ejemplo claro de los métodos tradicionales del diseño, ha conseguido que su etiqueta vaya in crescendo mediante los ilimitados recursos de la era digital y la tecnología. “No tenía experiencia previa como emprendedora antes de fundar la empresa”, dice García a Diarioabierto. “Ser emprendedor es un aprendizaje intenso para alguien ajeno al mundo empresarial, pero apasionante a la vez”. Marlota produce ropa sostenible desde sus inicios, más de una década atrás. Todas las prendas de la firma se fabrican en España, y concretamente en Madrid y alrededores. Los tejidos que utiliza son de origen noble, todavía hoy, “con tecnología e innovación básicamente italiana, inglesa y francesa”. La atemporalidad gana, sin embargo: la etiqueta apuesta por nuevas propuestas y productos regularmente a lo largo de las temporadas en vez de dos únicas colecciones por año. Hace tan sólo unos días, la bailarina Candela Capitán bailó una pieza para la marca en la madrileña galería Travesía Cuatro. Otra interesante apuesta de Marlota.

 

Malababa

Tras la popular firma de complementos afincada en Madrid está Ana Carrasco. Malababa es fruto de su imaginario, pues diseña todas las colecciones de la marca, tanto del calzado como de los accesorios. Licenciada en Farmacia, su pasión por el arte y la moda hizo que desde muy joven se interesase por el mundo del diseño. Carrasco idea y confecciona cada pieza de la marca en el taller que comparte con su marido en la capital, aunque opera en los principales mercados extranjeros –Estados Unidos, China, Emiratos Árabes-. ¿Claves? Materiales de calidad y una identidad novísima, muy contemporánea. El atributo y valor de marca principal es la piel natural. “Es algo meditado, ‘somos piel’ y queremos crecer en todo lo que sea piel, hacernos unos expertos”, reza la web.

 

Cortana

La firma Cortana, originaria de Mallorca, no entiende de tendencias ni lugares comunes. Rosa Esteva, su fundadora y directora creativa, detenta una visión de los tejidos muy vanguardista. Entendiendo la funcionalidad de las prendas al margen de la ley de la industria. Licenciada en Bellas Artes y Diseño de Moda, Esteva ya había experimentado con otras marcas y proyectos antes de emprender su propia aventura en 2001. Las colecciones de Cortana están dirigidas a mujeres más interesadas en verse bien que en estar a la última. El firme ideario de la marca es fruto de años y años de experiencia, y de excelencia.

Diario de una Couturier

La etiqueta Diario de una Couturier, con sedes en Barcelona y Berlín, también aboga por la atemporalidad: los conceptos de simplicidad y artesanía corren desde luego por su ADN. Alma máter: Núria Molas. Molas además vende los diseños de terceros, de pequeños artesanos independientes de España y Portugal, en el site de su firma. Diario de una Couturier nació en el año 2009, a raíz de un blog sobre costura y manualidades. “Era un blog sobre craft (…) Poco a poco subía las prendas que iba confeccionando para venderlas, y así se quedó el nombre”, rememora la protagonista. Las colecciones de Molas se alejan del fast fashion, acercando a sus clientas prendas hechas a mano con los mejores materiales.

 

 

Alejandro Bernad – @alejandrobernad Imágenes cortesía de las firmas