Amaya Arzuaga presentó la semana pasada su colección de primavera-verano 2013. Es la quinta vez que presenta en París y el lugar escogido fue nuevamente la Embajada de España. Fue un desfile marcado por un juego de contrastes que empieza a ser habitual en la diseñadora burgalesa. En esta ocasión la mezcla se produjo tanto en las telas como en los colores: un crepé de seda frente a una coraza de plástico o la viveza de intensos tonos de colores como el rojo o el negro combinados con degradados de azules verdosos. El degradado. La tendencia.
 
Amaya asegura que esta vez no se ha inspirado en ningún movimiento artístico como sí ha podido hacer otras veces, pero las ideas sobre el color sí que han salido de una exposición del artista británico Gary Hume. Y es que mezclar disciplinas siempre es acertar. Enhorabuena Amaya.   Por Marieta Zubeldia