Actualmente nadie duda de que la marca Converse es la reina absoluta de las zapatillas deportivas. Su suela, su forma, su planta, todo en ellas es icónico. En parte gracias a ellas el calzado deportivo se coló en nuestra elección diaria y perdió su contexto de practicar ejercicio. Ahora, llevar unas zapatillas Converse es mucho más que un acto de comodidad. Están ligadas para siempre al más puro estilo roquero, a la música y las bandas más transgresoras. Pero no siempre fue así. En 1908 Marquis Mills Converse creó la que sería la compañía que resultaría creadora de las famosas zapatillas. Por aquel entonces, adoptó el nombre de “Converse Rubber Shoe Company”. Fue ya casi en los años 20 cuando el famoso jugador de baloncesto Chuck Taylor se calzó por primera vez las deportivas de la marca. Precisamente se calzó las “All Star”, sin lugar a dudas el modelo más legendario, que ha conseguido sobrevivir a la actualidad. Tal fue el éxito que obtuvieron tras este simple gesto, que la compañía terminó adoptando al baloncestista como promotor de la firma. Así, en los años 30 su nombre acabó adhiriéndose para siempre a “Converse”, adquiriendo el toque label. Sería en la década de los 50 cuando la marca de zapatillas termina por hacerse con las masas. Y es que fue en esos años cuando  se vincula con el mundo de la cultura, el cine, o la música juvenil, en pleno estado de ebullición. Y así continúa ligada a los más jóvenes y rebeldes durante todos los años 60, los años de las revoluciones estudiantiles, de los beat y de la psicodelia. De esa misma manera ha permanecido hasta el día de hoy, con ese toque roquero del que tantos grupos han hecho gala. Ha calzado los pies de cantantes y artistas rebeldes e irreverentes hasta tal punto, que no nos la imaginamos en su primer uso de zapatilla de baloncesto. Nosotros tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación de la colección primavera-verano 2013. La exhibición tuvo lugar en la ciudad más revolucionaria de todas las ciudades: París. Y es que no hay mejor sitio para recordar todos aquellos valores a los que estuvieron ligadas las zapatillas durante muchos años. Pero los tiempos han cambiado, y los jóvenes ya no son los mismos de antes. Tampoco lo son las bandas. Y por ello Converse sigue buscando formas de reinventarse y, a su vez, adaptarse a las nuevas (o viejas) tendencias que siguen resurgiendo. Así, entre las novedades que pudimos observar se encuentran las plataformas, tan típicas de las deportivas de la última década del siglo XX. Una vez llegue la primavera, será momento de decir adiós a la más oscura de las estaciones, por lo que los colores vivos, por su parte, también vuelven a teñir las zapatillas. ¿Existe un plan mejor que observar todo esto- e ir mentalizándose para que pase rápido el invierno- en una ciudad como París? Claro que no. Andrés G. Menéndez