Domingo por la noche. Nos proponemos salir a cenar una hamburguesa. No sabemos dónde ir pero, de repente y sin saber muy bien cómo, ya estamos sentados en una mesa del 40 Café mirando la carta mientras un grupo de pop asturiano da un concierto a cinco centímetros de nosotros. Mainstream y aparte. Después del susto inicial, decidimos que nos apetecen unos nachos con guacamole y unas patatas bravas al pesto para compartir antes de comernos la Hamburguesa Portobello. Tenemos hambre. La camarera nos advierte de que estamos pidiendo demasiado. Nosotros le decimos que no, que tranquila, que podemos con todo. Así que, entre canción y canción, empezamos a flipar con lo ricos que están los entrantes y con lo mucho que se parece esta música a la de La Oreja de Van Gogh. Poco a poco, nos damos cuenta de que nuestra mesera tailandesa tenía razón (ellas siempre la tienen). No obstante, hacemos hueco y le damos la bienvenida a los 200 gramos de ternera con champiñones salteados, queso suizo, tomate y lechuga que nos pone delante. Y nos gusta. Nos gusta bastante. Como conclusión, diremos que, nosotros, que pensábamos que ir al Café 40 equivaldría a vender nuestra alma a las modulaciones de la voz de Tony Aguilar, tenemos que reconocer que salimos de allí encantados. Y con el estómago dando palmas; no sabemos si porque la actuación se había acabado o porque, una vez más, habíamos superado nuestros prejuicios empezando por sus jugos gástricos.   El precio: 12, 50 € El lugar: Café 40 La dirección: Gran Vía, 55 – 28004 Madrid El teléfono: 917587776