Muchos creían que la modelo británica tenía los días contados; que eso del heroin chic destrozaría su carrera, que terminaría con sus contratos. Pues no sólo no ha sido así, sino que el nombre de Kate Moss cada vez tiene mayor reclamo. Tanto, que incluso está descubriendo facetas nuevas que desconocía. Lo último: Una línea de accesorios para móviles/tablets y una subasta organizada por Christie"s de "La última musa moderna" que es Kate Moss. La colección que ha diseñado en colaboración con Carlophone Warehouse -únicas tiendas en donde se venderán las piezas- ha sido, dice, un placer. "Mi móvil forma parte de mi outfit casi tanto como un bolso o unos zapatos [...] He querido estar verdaderamente involucrada en este proyecto, viendo como se desarrolla y descubriendo el producto final". En vez de poner su nombre, un ancla firma por ella -lo lleva tatuado- y los precios rondarán de 26 a 60 euros. Y por si todavía no nos había quedado clara la magnitud de su nombre, la modelo se ha visto envuelta en otro proyecto radicalmente distinto pero de misma expectación. "Kate Moss: The Collection" es el nombre con el que la británica sale a subasta. Christie"s, y más en concreto el coleccionista de arte Gert Elfering, quieren vender el próximo septiembre algunos tesoros gestados por la propia Kate a lo largo de su carrera. Collages, fotografías, pinturas, esculturas e incluso tapices. "Estoy muy contento de estar trabajando con Christie´s, una vez más, en esta ocasión para celebrar la vida icono de Kate Moss [...] Ella es el tema y la inspiración para esta colección, pero la importancia de las actuales obras se encuentra en los artistas de renombre internacional que han creado las obras". La subasta se realizará el 25 de septiembre, y desde el día 21 hasta el 24 el público podrá asistir a Christie"s para conocer la expo. "Hay tantas cosas que puedes aprender de Kate, como seguir siendo fiel a ti mismo, desarrollar tu propio estilo, y hacer hincapié en tu individualidad". Palabras de Elfering que no patinan y son tan ciertas como que la incombustión de Kate Moss no se agota. Alejandro Bernad Perié