STREET CATWALK. La calle es la pasarela en la que todos tenemos un asiento reservado en el "front row", por eso analizamos cómo visten ellas y ellos en cuatro ciudades muy inspiradoras. 1ªPARADA: LONDRES Nueva religión: El mocasín. Consiguen como nadie anularle el punto pijo. Alternativas al Topshop: Whisltes y Reiss, para las que han superado el mileurismo. Primark para los demás. Bolso. De tela, para ellos y ellas. Lugar de encuentro. La puerta del Rough Trade de Brick LanePelo.Despeinado, siempre. Meca: Beyond RetroFase a superar. La de pedir sidra en los pubs. Ellos inventaron...Todo. Los skinny jeans, los boyfriend jeans, el dobladillo pesquero... Marcan en rojo en el calendario... El inicio de las rebajas de Selfridges. Nunca lo confesarán... Pero envidian el estilo de Peaches Geldof. londongirl.jpg London Girl. Si ves a una moderna con la manicura perfecta, es que no es londinense. Es una norteamericana que se ha ido directa del aeropuerto al Topshop de Oxford Street y se ha comprado el uniforme. La “londoner” de verdad tenderá siempre más a ser alérgica al cepillo de pelo y a considerar que las carreras de las medias son opcionales -no obligatorias, a lo Taylor Momsen- y las bolitas una parte más del jersey. No compran tanto en las charity shops como presumen, pero comparten su espíritu. Invadido Portobello por las hordas de turistas y a punto de ver como Spitafields sigue el mismo camino, les queda Brick Lane como aquel lugar donde encontraron los más perfectos “brogues” de bibliotecaria de entreguerras. londonboy.jpg
London Boy. Va dos pasos por delante que su homónimo de Williamsburg, aunque sin llegar a la anarquía berlinesa. El frío y la lluvia jamás serán obstáculo para lucir, por ejemplo, finísimas “plimsolls” de tenis durante todo el año o un blazer con las mangas demasiado cortas como todo abrigo. El origen de sus estilismos casi siempre hay que buscarlo en la contraportada de un vinilo añejo. Lo dijo David Bowie: “ A London boy / your flashy clothes are your pride and joy”. Por Begoña Gómez Urzaiz. Ilustraciones de Carla Fuentes.