Ticio, Tántalo, Sísifo e Ixión fueron los cuatro condenados a las penurias que nos muestran las numerosas Furias a lo largo de la historia. Todo por revelarse al mandato de los que en la mitología eran los manda más, y que han dado argumentos suficientes para jorobar a héroes de las pantallas más holliwodienses: los dioses ¿quién sino? A Ticio le devoró el hígado un buitre por intentar violar a una amante de Zeus (o eso debió decir ella "mejor me libro yo..."); Tántalo por dar a su hijo como alimento a los dioses, si es que con la comida no se juega...; Sísifo se pasó de listo y delató las infidelidades de Zeus, que debía tener muy mala uva y no le gustaba mucho ni lo de compartir a sus amantes, ni de que otros las disfrutarán; por último Ixión que terminó el resto de la eternidad dando vueltas a una rueda, como un hamster, por intentar seducir a Hera. Al final nos damos cuenta de que las penurias de amores son las que nos llevaran a las más absoluta condena, tomemos nota.
Ticio, Tiziano. Óleo sobre lienzo, 1548 – 1549. Madrid, Museo Nacional del Prado Ticio, Tiziano. Óleo sobre lienzo, 1548 – 1549. Madrid, Museo Nacional del Prado
Tras esta breve introducción histórica, para ponernos en situación, Las Furias son exactamente las representaciones de estos cuatro personajes. A pesar de tener un origen clásico es en 1548 cuando la hermana de Carlos V, María de Hungría, le premia tras la batalla de Mühlberg con cuatro inmensos cuadros, en ellos se retrataban a los príncipes alemanes que éste derroto un año antes, los veremos en las carnes de los protagonistas mitológicos anteriormente citados. El encargado de llevar a cabo este capricho real fue Tiziano y tras él, como pasa en nuestros tiempos, fueron cientos de pintores con el mismo deseo temático, como Ribera o Rubens, que en mi opinión resulta incomprensiblemente atrayente.
El Prometeo capturado. Pedro Pablo Rubens. Óleo sobre lienzo, 1611 - 1612. Museo de Arte de Filadelfia El Prometeo capturado. Pedro Pablo Rubens. Óleo sobre lienzo, 1611 - 1612. Museo de Arte de Filadelfia
Cuando te ves frente a la inmensidad de alguna de las representaciones que el pintor realizó, allá por los mediados del s.XVI, es inevitable que las rodillas tiemblen metiéndote en el papel de tan arduas situaciones. Es relativamente fácil captar la sensibilidad barroca, representada por medio de complicados escorzos, dando resultado a una sensación de dolor extremo, un éxtasis de sentimiento, una condena al alma y finalmente el hombre dominado por las pasiones. Lo especial de estas pinturas, entre otras cuestiones, reside en la paz de la que dota Tiziano a los rostros de sus personajes, de hecho ésta será la principal diferencia que podremos encontrar en las posteriores representaciones a lo largo de la historia del arte. Lamentablemente sólo dos de las obras han sobrevivido, haciéndonos pensar que una joven muerte prematura nos regala un legado fantasmal que las hace más grandiosas si es posible.
Sísifo. Tiziano. Óleo sobre lienzo, 1548. Museo del Prado, Madrid Sísifo. Tiziano. Óleo sobre lienzo, 1548. Museo del Prado, Madrid
Dentro de las muchas reflexiones a las que podemos llegar tras observar detenidamente esta muestra es que la imitación, emulación y originalidad son conceptos que se heredan generación tras generación en todos los campos, artísticos o no, y que mucha de la historia del arte nos enseña como a hechos consecuencias mostrándonos los más sufridos castigos, con pelos y señales, para que nos apliquemos. Al final siempre habrá dioses les pongamos el nombre que les pongamos.
Ticio , José de Ribera. Óleo sobre lienzo, 1632. Madrid, Museo Nacional del Prado Ticio , José de Ribera. Óleo sobre lienzo, 1632. Madrid, Museo Nacional del Prado
Ya que el articulo de esta semana se ha dedicado a una parte del arte menos contemporánea, pero no por ello menos reivindicativa en su tiempo y completamente necesaria en el nuestro, no deseo pasar sin recomendaos otra exposición, igual en formas pero diferente en representación y concepto: Este sábado día 8 se inaugura una muestra en la galería madrileña Mad is Mad con una selección de retratos masculinos pertenecientes a la serie Horizon de Rainer Torrado, en la que profundizaremos algo más la semana que viene. Ahora que ya tenéis un finde completo os invitamos a que visitéis estas dos muestras y os empapéis de arte hasta la saciedad. Lucía Fernández Alonso (Luceral)