Basta con un fotograma para reconocer el estilo inconfundible de Wes Anderson. Colores intensos, auténtica obsesión por la simetría (la imagen junto a Jude Law lo dice todo) y cantidad de objetos peculiares, casi de coleccionista, se repiten en cada una de las películas del cineasta americano. Los elementos decorativos adquieren gran protagonismo, trasladándonos a ese mundo propio del director, a medio camino entre la realidad y la ficción.
"El Gran Hotel Budapest"
Para su último y recién estrenado trabajo, "El Gran Hotel Budapest", Wes Anderson trasladó a su equipo de diseño a Gorlitz, una pequeña ciudad en la frontera entre Alemania y Polonia. Adam Stockhausen, repite como diseñador de producción después de su experiencia en "Moonrise Kingdom". Él fue el encargado de buscar el edificio perfecto para recrear el lujoso hotel-balneario de los años 30 que da nombre a la película. Y para su sorpresa lo encontró en unos abandonados grandes almacenes de estilo Art Nouveau, en cuyo ático instalaron su oficina. Allí trabajó mano a mano con el atrecista Robin Miller, la diseñadora de decorados Anna Pinnock y la diseñadora gráfica Annie Atkins.
Wes Anderson y Jude Law
Durante meses estudiaron libros, fotos y edificios de la época, para después crear la versión propia de cada estancia, cada pieza y cada tela. Rojos, rosas y púrpuras invaden el lobby del hotel en alfombras y cortinas diseñadas especialmente para la película. El mobiliario al completo está formado por auténticas antigüedades, halladas en distintas ciudades europeas. Me atrae particularmente el diseño de la iluminación. Múltiples puntos de luz que se repiten y pequeñas bombillas que enmarcan arcos y perfilan la arquitectura interior del hotel.
"El Gran Hotel Budapest"
Todos los objetos y documentos que aparecen en la cinta han pasado un meticuloso proceso de diseño. Partieron de piezas reales de la época, para aplicarles después el filtro propio de Wes Anderson. Pasaportes, telegramas y billetes de tren han sido cuidadosamente diseñados por Atkins. Todo tenía que parecer real para recrear el ficticio estado de Zubrowka, país perdido en algún punto de Europa del este en plena época de entreguerras.
Wes Anderson durante el rodaje
Seguro que "El Gran Hotel Budapest" nos depara más sorpresas decorativas. Combinaciones de colores y estampados que probablemente crearán tendencia, como ya lo hicieron sus anteriores películas. Por las imágenes que el tráiler desvela, se adivina una buena dosis de nostalgia de un mundo pasado, romántico y estéticamente idealizado.
"El Gran Hotel Budapest"
Fotos: Courtesy of Fox Searchlight Pictures y Martin Scali Texto: @InesGarp